Si quieres conocer el desierto de Dubái sin sufrir el calor del mediodía, este safari al amanecer es ideal. Tendrás aventura real—dune bashing, sandboard—y también momentos de calma: ver el amanecer sobre dunas infinitas o tomar té tras el paseo en camello. Es un madrugón, pero vale totalmente la pena.
El despertador sonó antes del amanecer—la verdad, casi le doy a posponer. Pero cuando nuestro conductor llegó al hotel, ya estaba completamente despierto. Las luces de la ciudad quedaron atrás mientras nos adentrábamos en el desierto abierto. El aire fresco me sorprendió al abrir un poco la ventana—las mañanas en Dubái pueden ser frescas si madrugas lo suficiente.
Llegamos al borde de las dunas justo cuando el cielo empezó a cambiar de azul oscuro a dorado. Nuestro guía, Ahmed, sabía exactamente dónde parar para las fotos del amanecer—lo había hecho cientos de veces y nos señaló una duna alta que los locales llaman “el mirador”. Subir no fue fácil (la arena se mete por todos lados), pero estar en la cima, con los zapatos llenos de arena y viendo el sol derramarse sobre olas interminables de naranja, valió totalmente la pena. Hay un silencio especial en el desierto a esa hora—solo el viento y algún que otro pájaro lejano.
Luego llegó el dune bashing. Si nunca lo has probado, imagina una montaña rusa pero con un asiento más suave. Gritamos y reímos mientras Ahmed maniobraba por las pendientes; incluso nos dejó parar para sacar fotos cuando vimos un grupo de camellos salvajes a lo lejos. Después probamos el sandboard—digamos que soy mejor tomando fotos que manteniéndome de pie en la tabla.
El paseo en camello fue más tranquilo y relajado de lo que esperaba. Mi camello tenía la costumbre de resoplar cada pocos pasos, lo que me hizo reír (y agarrarme con más fuerza). De vuelta en el campamento, nos ofrecieron té dulce y dátiles mientras sacudíamos la arena de los zapatos y compartíamos historias con otra pareja de Alemania. A las 9 de la mañana ya estábamos de regreso en la ciudad—justo cuando la mayoría empezaba su día.
Usa ropa cómoda y zapatos cerrados—caminarás por arena y hace frío antes del amanecer. Lleva gafas de sol y quizá una chaqueta ligera.
El tour es adecuado para casi todas las edades, pero no se recomienda si tienes problemas de espalda o estás embarazada por el dune bashing. ¡A los niños generalmente les encanta!
El tour dura unas cuatro horas desde la recogida en el hotel hasta el regreso. Estarás de vuelta en Dubái a media mañana.
Te recogerán en tu hotel en un vehículo 4x4 privado para empezar temprano. El paquete incluye dune bashing, equipo para sandboarding, paseo guiado en camello, refrescos matutinos (té y dátiles) y muchas paradas para fotos. También te llevan de vuelta al hotel.
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