Pedalea por los barrios cambiantes de Barcelona con una guía francófona, haciendo paradas para historias en El Born y rodando bajo palmeras en el Parc de la Ciutadella. Risas, miradas sinceras, bicis cómodas (también para niños) y momentos para sentir el pulso real de la ciudad.
Empezamos a pedalear desde un rincón tranquilo cerca del Parc de la Ciutadella — ¿sabes esa primera inseguridad cuando no montas en bici hace tiempo? Pues esa fui yo. Nuestra guía, Lucie, solo sonrió y dijo “tranquille”, y eso nos relajó a todos. Las bicis eran sorprendentemente cómodas (soy exigente), y el grupo era lo justo para charlar sin que resultara incómodo. Barcelona se veía distinta desde el manillar — más colores, más olores. Olí churros en una esquina y luego la brisa marina al acercarnos al mar.
Paramos frente al El Born Centre de Cultura i Memòria, donde Lucie nos contó sobre las antiguas murallas y algunos temas políticos que apenas recordaba del instituto. No se anduvo con rodeos — habló del asedio de 1714 como si hubiera pasado la semana pasada. Alguien preguntó por la independencia catalana y ella se encogió de hombros: “Ça dépend du jour.” Me gustó esa sinceridad. Había niños en bicis pequeñas (con triciclos y asientos para bebés), y un padre no paraba de tocar el timbre — su hija se reía un montón.
La ruta nos llevó por el Parc de la Ciutadella, pasando junto a una fuente espectacular con caballos dorados en lo alto. La luz del sol se colaba entre las hojas de las palmeras; casi atropello a una paloma porque estaba mirando las estatuas (ups). Pedaleamos casi todo el tiempo por carriles bici, así que hasta mi amiga, que se pone nerviosa con el tráfico, se sintió tranquila. En un momento pasamos por lo que antes eran fábricas — Lucie lo llamó “la Manchester catalana” — pero ahora están llenas de arte urbano y gente tomando café en antiguos almacenes. La ciudad cambia bajo tus ruedas.
No esperaba sentirme tan... ¿parte de todo? Quizá fue escuchar esas historias en francés o simplemente ir lo suficientemente despacio para notar las risas en los bancos o cómo los locales gesticulan al hablar de política. Al final tenía las piernas cansadas, pero aún recuerdo esa vista de la fuente del parque con la luz de la tarde. Si buscas una excursión en Barcelona que vaya más allá de ver monumentos — y quieres algo en francés — este tour en bici vale mucho la pena.
Sí, las familias son bienvenidas — hay triciclos y asientos para niños de 4 a 12 años.
El recorrido dura unas 3 horas desde el inicio hasta el final.
No, el tour es completamente en francés.
Pasarás por el Parc de la Ciutadella y harás una parada en El Born Centre de Cultura i Memòria, entre otros sitios.
Sí, hay cascos disponibles si quieres usar uno.
Sí, el tour funciona con lluvia o sol; te dan un poncho azul si hace falta.
Los grupos son de máximo 12 personas por guía para un paseo tranquilo.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar donde empieza el tour.
Tu día incluye el uso de una bicicleta cómoda (con casco si quieres), la guía de una experta francófona que comparte historias culturales durante el recorrido, además de consejos y recomendaciones en estas 3 horas de paseo—también hay bicis para familias o asientos para niños antes de volver al punto de partida.
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