Recorrerás los cañones salvajes de Gran Canaria con un guía local, probarás escalada y vías ferratas para principiantes, explorarás una cueva volcánica con linterna y terminarás volando 50 metros en tirolina sobre acantilados. Risas, nuevas habilidades (aunque te tiemblen las manos) y vistas que no olvidarás.
Quedamos con nuestro guía, Dani, justo a un lado de la carretera principal — tenía esa habilidad de hacer que todos nos relajáramos al instante (quizá fue por cómo bromeaba diciendo que sus “pies de gato” parecían pantuflas viejas). La caminata empezó suave: senderos polvorientos entre matorrales y acantilados extrañamente silenciosos. Dani nos señaló dónde los aborígenes de la isla dieron su última resistencia; intenté imaginar esa valentía mientras mis botas crujían sobre piedras sueltas. Una brisa cálida traía un aroma leve a hierbas silvestres — o tal vez solo eran mis nervios.
Nunca había hecho escalada en roca antes de venir a Gran Canaria, así que cuando me tocó trepar la pared, las palmas me sudaban dentro de los guantes del arnés. Dani me enseñó a buscar apoyos para los pies (“confía más en ellos que en los brazos”), y de verdad subí más alto de lo que esperaba. Arriba, se veía todo el valle — no era una postal perfecta, sino un paisaje salvaje y enorme. Seguimos con la vía ferrata; peldaños metálicos clavados en la roca, frescos al tacto. Me sentí seguro, pero cada vez que miraba hacia abajo, el estómago me daba un vuelco.
Después de tanta adrenalina, entrar en la cueva fue como cambiar de mundo — aire fresco y silencio absoluto. El tubo volcánico era rugoso al tacto y olía un poco a humedad (pero nada desagradable). Dani nos explicó algo de geología que ahora solo recuerdo a medias — algo sobre cómo las coladas de lava moldearon todo este lugar. Nos reímos cuando la linterna de alguien parpadeó un segundo; la verdad es que estar bajo tierra me calmó de forma extraña. Lo último fue la tirolina: 50 metros cruzando un espacio abierto, viento en la cara y solo el cielo por delante unos segundos. No sé si grité o me quedé sonriendo como un tonto.
No dejo de pensar en lo raro que fue hacer tantas cosas en un solo día — caminar, escalar, explorar cuevas, volar (más o menos). Los músculos me dolían, pero de esa manera buena que sabes que vas a dormir de maravilla. Si tienes aunque sea un poco de curiosidad por tours de aventura en Gran Canaria, este tiene sorpresas suficientes para que olvides que estás siguiendo una ruta.
La recogida solo está incluida en reservas Premium; si no, el punto de encuentro es el inicio de la ruta.
Las actividades son aptas para principiantes y ofrecen varios niveles de dificultad.
Ropa cómoda y calzado resistente; el equipo técnico como arnés y casco lo proporcionan ellos.
Sí, los snacks están incluidos para mantener tu energía durante la excursión.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
La tirolina al final del recorrido tiene 50 metros de longitud.
Sí, el guía toma fotos para que puedas revivir tu aventura después.
Sí, hay opciones de transporte público cerca si no usas la recogida.
Tu día incluye todo el equipo de seguridad (arneses y cascos), snacks para mantener la energía, fotos tomadas por el guía para que no tengas que preocuparte por tu móvil (que a veces se cae por un barranco, créenos), y opción de recogida en hotel si reservas Premium — si no, el encuentro es fácil cerca de líneas de transporte público.
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