Goodsprings: Cena en Pioneer Saloon y Caza de Fantasmas desde Las Vegas

4.74

(189 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Lo primero que me llamó la atención en el Pioneer Saloon fue el olor — una mezcla de madera vieja con algo dulce, ¿quizás whisky? Nuestro guía, Mike, nos saludó y nos entregó unos aparatitos para cazar fantasmas. Yo no tenía ni idea de cómo usar el mío (algo de EMF), pero él lo explicó con un humor seco que hizo que todos nos relajáramos. Nos sentamos a comer unos sándwiches con papas — nada sofisticado, pero justo lo que esperaba en un lugar así. Cerca de nuestra mesa había un agujero de bala en la pared, que Mike aseguró que era “de verdad”. No podía dejar de mirarlo mientras nos contaba la historia del minero que, supuestamente, nunca se fue. Afuera, la luz ya tomaba ese tono dorado tan raro del desierto.

Después de cenar salimos al aire fresco — se oía el crujir de la grava bajo las botas y una risa que resonaba desde dentro. Caminar por Goodsprings de noche es... extraño. Hay silencio, pero no es paz, si me entiendes. Recorrimos edificios abandonados con nuestro equipo (todavía no sé si mi medidor funcionaba o solo quería que funcionara), y paramos en el cementerio donde Mike se puso serio por un momento: “Aquí hay historias que aún no han terminado de contarse.” Nos animó a hacer preguntas en voz alta — al principio me sentí ridículo, pero cuando la linterna de alguien parpadeó, sí, los nervios aparecieron.

De regreso a Las Vegas pasamos junto a las Seven Magic Mountains — todas esas rocas de neón brillando en el oscuro desierto. No paramos, solo las vimos pasar borrosas. No podía dejar de pensar en ese momento en el cementerio, cuando todo quedó en silencio excepto el viento entre los arbustos de salvia. No sé si creo en fantasmas ahora o no. Pero Goodsprings tiene algo que se queda contigo más tiempo de lo que esperas.