Recorrerás las calles del centro de Nashville con una guía comediante que conoce todas las historias y chistes del lugar. Disfruta de bebidas reales en honky-tonks clásicos (tú eliges), escucha relatos increíbles de Printer’s Alley y aprovecha pequeños beneficios en el camino. Es parte historia, parte show de stand-up — y terminas sintiéndote como en casa.
Empezamos justo frente al Ryman Auditorium — la verdad, había pasado por ahí antes pero nunca me había detenido a escuchar su historia. Nuestra guía (se presentó como “la comediante menos famosa de Nashville,” lo que me hizo reír) tenía un talento para mezclar la historia musical con chistes, así que hasta los datos sobre leyendas del country sonaban como cotilleos que escucharías con una cerveza en mano. La calle ya vibraba a las 3 de la tarde — alguien tocaba la guitarra cerca, y el aroma a barbacoa flotaba en el aire. Pensé: “Sí, esto es justo como imaginaba que sonaría Nashville.”
La primera parada en un bar — no recuerdo el nombre, pero el camarero nos saludó con ese acento relajado típico de Tennessee. Pudimos elegir nuestras propias bebidas (nada de esos chupitos diminutos predefinidos), y nos sirvió un whiskey local que nunca había probado. Picaba, pero de buena manera. Mientras caminábamos hacia Printer’s Alley, la guía nos contó historias de fantasmas mezcladas con anécdotas de estrellas country que se colaban para tocar a altas horas. Alguien preguntó por el bar favorito de Dolly Parton; ella solo sonrió y dijo: “Si te lo cuento, me va a perseguir.” Igual no bromeaba.
Me gustó que nadie nos apuraba entre paradas — nos apoyamos en paredes de ladrillo fuera de un honky-tonk mientras el sol se ocultaba tras los neones. En un momento, un habitual nos saludó como si fuéramos viejos amigos; quizá le gustaron los chistes de la guía (o mi intento de bailar dos pasos). Todo se sintió natural y cercano, nada forzado ni rígido. Además, en cada bar había pequeños detalles y descuentos — nada exagerado, pero suficientes para que dejara de contar después de la segunda copa.
Me sigue viniendo a la mente cómo sonaba la ciudad cuando ya oscurecía mientras volvíamos — música saliendo de cada puerta, gente riendo en grupos en la acera. Si buscas una experiencia en Nashville que se sienta más como compartir con locales que solo tachar lugares en una lista, esta ruta de bares honky-tonk es perfecta.
Sí, todas las áreas y opciones de transporte son accesibles para silla de ruedas.
Sí, todos los participantes deben ser mayores de 21 años y presentar ID válida para unirse.
Tú eliges tus bebidas; los descuentos y algunos extras están incluidos, pero no bebidas ilimitadas.
No se especifica la duración exacta, pero espera varias horas con varias paradas.
Sí, se necesitan al menos 7 personas; si no se alcanza, te ofrecerán alternativas o reembolso.
No incluye comidas; el enfoque está en las bebidas y las historias en los bares locales.
Se hará una parada frente al Ryman Auditorium mientras la guía comparte su historia.
Tu día incluye un tour a pie por el centro de Nashville combinado con una animada ruta de bares guiada por un comediante profesional; tendrás descuentos y pequeños regalos en los bares del recorrido, además de muchas historias y risas antes de seguir disfrutando la vida nocturna de Music City por tu cuenta.
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