Sedona: Tour en Jeep y Caminata por los Vórtices con Experiencia Mística

4.84

(1824 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Rocas rojas por todos lados — parpadeé y el mundo parecía un mosaico salvaje de tonos oxidados y naranjas. Nuestra guía, Marissa, tenía esa habilidad de hacerte sentir como si la conocieras de toda la vida; me pasó una botella de agua fría y sonrió: “¿Listo para sentir una energía rara?” No tenía claro qué esperar de un tour por los vórtices de Sedona. El Jeep nos llevó fuera del pueblo, levantando polvo a nuestro paso, pero lo que más me impactó fue el silencio cuando nos detuvimos. No era un silencio total — se oían cigarras, el crujir de la grava bajo las botas — pero había una calma que te invitaba a escuchar con más atención.

La caminata no fue larga (quizá una milla), pero el suelo cambiaba bajo mis pies — arena roja, piedritas, raíces que se enredaban en el camino. Marissa nos señaló dónde Page Bryant habló por primera vez de estos vórtices en el 81. Contó que mucha gente viene buscando cosquilleo en la piel o alguna revelación profunda; yo solo sentía el corazón latiendo fuerte por la subida y el sol calentando mis hombros. En un momento, preguntó si alguien quería probar a meditar — me senté con las piernas cruzadas en el polvo, intentando no mirar a los demás. No sentí ninguna iluminación ni nada espectacular… pero hubo un instante raro cuando la brisa cambió y todo olía a salvia y tierra tibia. Quizá es solo lo que pasa cuando te detienes a notar.

Le pregunté a Marissa si realmente creía en todo esto. Ella se encogió de hombros y dijo que a veces la gente llora, ríe o se queda en silencio aquí — “Cada quien lo vive a su manera,” dijo. Li, del grupo, intentó decir algo sobre el qi en mandarín (Marissa se rió, y nosotros también). Todo parecía más sobre abrirse que encontrar respuestas. Cuando volvimos al Jeep, mis piernas estaban polvorientas y mi mente, como más ligera. Difícil de explicar. Pero sigo pensando en esa vista — un cielo tan azul que parecía irreal.