Sequoia: Árbol General Sherman, Tunnel Log y picnic en Crescent Meadow

4.94

(145 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Lo confieso, no esperaba sentirme tan pequeño de esta manera. La primera vez que nuestro guía, Mike, paró la van en Generals Highway y nos pidió que miráramos hacia arriba — bien arriba — casi me caigo de lo mucho que estiré el cuello. Hay algo en el aire de Sequoia que huele a piedra fría y corteza calentada por el sol, incluso antes de acercarte a los árboles enormes. Apenas habíamos salido de Three Rivers cuando el paisaje empezó a cambiar — los encinos azules dieron paso a esas secuoyas altísimas, y todos guardaron silencio por un momento. Excepto Mike, que seguía soltando datos curiosos sobre el río Kaweah y las yucas floreciendo al borde del camino (aún no logro pronunciar “Kaweah” bien).

La palabra clave aquí es “Árbol General Sherman” — pero la verdad, nadie lo dice en voz alta al principio. Simplemente te quedas ahí parado bajo él, sintiendo cómo tu corazón se calma porque, ¿cómo reaccionarías ante el árbol más grande del mundo? Toqué su corteza (más áspera de lo que imaginaba) mientras una pareja de Fresno intentaba sacarse una selfie con su perro. Más tarde caminamos bajo Tunnel Log — es más grande de lo que parece en las fotos — y Mike nos contó historias de tormentas que derribaron estos árboles hace décadas. A veces se detenía en medio de una frase si escuchaba un pájaro carpintero o veía un venado; parecía conocer cada rincón de este lugar.

El almuerzo fue sencillo pero perfecto: sándwiches y fruta cerca de Crescent Meadow, donde todo olía a verde y vida. Alguien trajo chocolate caliente (al parecer, algo típico en invierno), que me calentó las manos cuando empezó a soplar la brisa. Todos nos sentamos a compartir historias — un tipo había manejado desde Los Ángeles solo para este tour de un día a Sequoia desde Three Rivers, decía que necesitaba “terapia de árboles”. Para entonces, ya lo entendía. Hay algo en comer al aire libre con desconocidos que se vuelven amigos mientras miras flores silvestres que te hace olvidar el móvil por un rato.

Sigo pensando en esa vista desde Moro Rock — un cielo tan amplio que casi pierdes el equilibrio al mirar la Sierra Nevada. Si te preguntas si vale la pena reservar este tour de un día en Sequoia con almuerzo incluido… bueno, no creo que ninguna foto o reseña capture lo que se siente estar ahí en persona. Pero quizás esa es la idea.