Si quieres sentir el espíritu de India —desde las bulliciosas calles de Delhi hasta los momentos de calma en el Ganges— este tour lo abarca todo: lugares emblemáticos, sabores locales y conexiones reales con quienes viven aquí.
Delhi te impacta desde el primer instante: el aire se llena del aroma de especias y las bocinas no cesan nunca. Comenzamos en el Viejo Delhi, abriéndonos paso entre el laberinto de tiendas de Chandni Chowk, donde los vendedores llaman la atención sobre el murmullo de los rickshaws. Nuestro guía, Rakesh, nos señaló la Tumba de Humayun y nos contó cómo inspiró el Taj Mahal. Aún recuerdo el frío mármol bajo mi mano en la Jama Masjid y cómo el incienso flotaba desde el Gurudwara Bangla Sahib al pasar. Las tardes en Nueva Delhi tenían otro aire: avenidas amplias, edificios coloniales cerca de India Gate y una parada rápida para un chai en un puesto callejero antes de regresar al hotel.
La mañana siguiente en Agra fue cuestión de tiempo: madrugar para ver el Taj Mahal al amanecer. Hay un instante de calma justo antes del alba cuando todo se tiñe de un rosa suave; parece irreal hasta que escuchas el canto de los pájaros en Mehtab Bagh, al otro lado del río. Nuestra visita al Fuerte de Agra nos permitió asomarnos a la vida mogol: enormes muros rojos y ecos de historia en cada patio. Más tarde, vimos a artesanos en el Centro Cultural Kalakriti trabajando incrustaciones de mármol que parecían sacadas del Taj.
Jaipur se sentía más cálida, tanto por el clima como por su gente. El Fuerte Amer se alzaba imponente mientras subíamos en jeep (subir a pie por esas escaleras rocosas habría sido todo un reto). Dentro del Hawa Mahal, la luz del sol se filtraba a través de ventanas de colores sobre suelos polvorientos. El bazar Bapu era un caos encantador: saris por doquier, comerciantes regateando con locales mientras tomaban un dulce lassi. Paseamos junto al Jal Mahal, que flotaba tranquilo en su lago, y nos detuvimos en Jantar Mantar para admirar herramientas astronómicas antiguas que siguen firmes.
Volando hacia Varanasi, la experiencia fue completamente distinta. La ciudad vibra con otro ritmo: vacas pasean por callejones y se perciben aromas de guirnaldas de caléndulas mezclados con humo de incienso de los templos. Las mañanas temprano significaban paseos privados en barco por el Ganges; la niebla cubría el agua mientras los sacerdotes cantaban en los ghats. Los sadhus se sentaban con las piernas cruzadas junto a pequeños fuegos, con el rostro cubierto de ceniza. Nuestro guía nos presentó a un yogui local que compartió historias sobre el Nirvana y por qué los peregrinos vienen aquí buscando liberarse del ciclo de reencarnaciones. Incluso visitamos Sarnath una tarde, un lugar tranquilo en contraste con el constante movimiento de Varanasi.
Sí, pero ten en cuenta que asientos especiales para bebés están disponibles bajo petición. Algunas actividades pueden no ser ideales para niños muy pequeños debido a las multitudes o madrugones.
Sí, todos los traslados entre ciudades y aeropuertos están cubiertos con transporte privado durante todo el viaje.
Es importante vestir con modestia: cubrir hombros y rodillas tanto hombres como mujeres al visitar sitios religiosos.
Contarás con Wi-Fi ilimitado y gratuito durante toda tu estancia para mantenerte conectado fácilmente.
El Taj Mahal cierra los viernes; el Templo Akshardham los lunes. El itinerario se ajustará si es necesario para que no te pierdas estos lugares clave.
Tu paquete incluye alojamiento en hoteles (habitación doble), todas las entradas indicadas en el itinerario, transporte privado con aire acondicionado (y agua embotellada), visitas guiadas por la ciudad y paseos, vuelo doméstico de Jaipur a Varanasi (clase turista), vehículos eléctricos para los trayectos al Taj Mahal y Fatehpur Sikri, paseos en barco al amanecer y atardecer en Varanasi en embarcaciones remadas a mano, paseo en jeep hasta el Fuerte Amer (si prefieres no caminar), además de Wi-Fi gratuito e ilimitado durante todo el viaje.
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