Entra en el tranquilo estudio del Maestro Taku en Tokio y aprende kintsugi, el arte de reparar cerámica con oro puro, de la mano de un ceramista premiado. Guiado por su humor suave, restaurarás tu propio plato con lacado urushi real y te lo llevarás a casa ese mismo día. Ríe, concéntrate y descubre una nueva forma de ver la belleza en la imperfección.
Lo primero que me llamó la atención fue el silencio en el estudio del Maestro Taku, como si la ciudad desapareciera en cuanto entramos. Se percibía un aroma tenue, terroso y penetrante, del lacado que él mismo preparaba. Estaba nervioso por estropear el plato que me dio (por cierto, los hace él mismo), pero solo sonrió y dijo: “La imperfección es parte del arte”. No esperaba reír tanto, sobre todo cuando mis dedos se pegaron con el lacado y traté de pronunciar “urushi”. Li también se rió; seguro que lo dije fatal.
Nos sentamos alrededor de una mesa baja, todos inclinados sobre nuestras piezas rotas. El polvo de oro brillaba con la luz de la tarde —la luz en Tokio es diferente, más suave— y el Maestro Taku nos mostró cómo aplicarlo en la grieta, como si resaltaras una cicatriz en vez de esconderla. Nos habló del wabi-sabi y cómo las grietas no son errores, sino historias. Es curioso, pero verlo trabajar me hizo desacelerar sin darme cuenta. El proceso es cuidadoso pero sin complicaciones, justo el tiempo para que la mente se relaje.
Elegí la opción negro y oro porque me parecía atrevida, pero la verdad es que cada pieza terminó siendo muy personal. Cuando terminamos, hubo un silencio antes de que alguien dijera algo; todos mirábamos nuestros platos como si viéramos algo nuevo. Puedes llevarte tu plato reparado ese mismo día (algo que aún me parece increíble). Yo lo tengo en mi escritorio. A veces, cuando todo parece un caos, miro esa línea dorada y recuerdo lo que dijo: “Más hermoso que antes de romperse”.
Según la opción que elijas, el taller dura entre 90 y 110 minutos.
Sí, puedes llevarte tu plato terminado el mismo día.
Sí, está abierto a todos los niveles y se proporcionan todos los materiales necesarios.
El estudio está en Omotesando, Tokio, una zona céntrica conocida por la moda y el arte.
El taller es accesible en silla de ruedas y apto para todos los niveles físicos; los bebés pueden venir en cochecito.
Usarás cerámica hecha a mano por el Maestro Taku, lacado urushi auténtico de Japón y polvo de oro puro.
La clase la imparte el Maestro Taku Nakano, un ceramista premiado reconocido por su trabajo único.
Sí, hay varias opciones de transporte público cerca del estudio.
Tu sesión incluye un plato hecho a mano para reparar (y llevarte a casa), todos los materiales auténticos como lacado urushi y polvo de oro puro, el equipo para cada paso de la restauración kintsugi, además de todos los impuestos y tasas para que solo tengas que presentarte listo para crear algo silenciosamente hermoso en el distrito Omotesando de Tokio.
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