Vuela en globo al amanecer sobre Teotihuacán y contempla desde el aire las pirámides del Sol y la Luna. Incluye recogida ida y vuelta desde Ciudad de México, guía local, desayuno buffet tras el vuelo, brindis y certificado de vuelo para recordar la experiencia.
“¿Alguna vez has visto salir el sol sobre la Pirámide del Sol?” fue lo que nos preguntó el chofer mientras salíamos de la Ciudad de México en plena oscuridad, todos medio dormidos y con café en mano. Yo nunca había subido a un globo aerostático, así que el estómago ya me hacía maromas. El camino a Teotihuacán a esa hora es tranquilo: solo faros, música bajita y esa sensación rara de estar a punto de hacer algo nuevo sin saber muy bien qué esperar.
En el punto de despegue nos dieron más café y pan dulce mientras veíamos cómo preparaban todo. Nuestro piloto, Martín, bromeaba diciendo que no soltáramos los teléfonos (“los dioses no los devuelven”, nos dijo con una sonrisa). Cuando encendieron los quemadores, sentí el calor en la cara y de repente estábamos flotando, sin sacudidas, solo un suave levantamiento. El aire olía un poco a maíz y a humo de algún desayuno temprano. Abajo, Teotihuacán se extendía: pirámides, caminos diminutos, casitas agrupadas, y yo no podía dejar de pensar en lo pequeño que se veía todo desde ahí arriba. También se veía San Martín de las Pirámides, con techos pintados de todos los colores que puedas imaginar.
Intenté pronunciar bien “Teotihuacán” y Li se rió, parece que mi acento necesita práctica. Arriba casi no se escuchaba nada, solo susurros y algún que otro suspiro cuando pasamos justo sobre la Pirámide de la Luna. La luz cambiaba rápido: un momento azul grisáceo y al siguiente todo dorado. Saqué muchas fotos, pero ninguna capturó realmente lo que se sentía. Al aterrizar (más suave de lo que esperaba), brindamos con vino espumoso y nos dieron certificados; puede sonar cursi, pero fue un detalle bonito.
Terminamos con un gran desayuno buffet cerca: huevos con salsa verde, chilaquiles que me quemaron la boca de lo ricos que estaban, fruta fresca. Todos compartían historias de lo que vieron desde el aire. De regreso a la Ciudad de México, no dejaba de pensar en ese instante de silencio, solo el viento llevándonos. A veces todavía lo recuerdo, ¿sabes?
El vuelo dura entre 30 y 45 minutos, según las condiciones del clima.
Sí, el transporte ida y vuelta desde Ciudad de México está incluido si eliges esa opción.
Verás las pirámides del Sol y la Luna, además de San Martín de las Pirámides y San Juan Teotihuacán desde el aire.
Sí, después del vuelo en globo se ofrece un desayuno buffet.
No se recomienda para personas con lesiones en la columna, problemas cardíacos o mujeres embarazadas.
Si eliges la opción con transporte, el boleto de entrada a la zona arqueológica está incluido.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de Teotihuacán si lo necesitas.
Tu día incluye recogida temprano desde Ciudad de México (si seleccionas esta opción), café o té al llegar a la base de We Fly Teotihuacán mientras esperas tu vuelo en globo sobre las pirámides (30–45 minutos), vistas panorámicas de San Martín de las Pirámides y San Juan Teotihuacán desde el aire, entrada a la zona arqueológica si reservas con transporte, brindis tradicional con vino espumoso y certificado de vuelo, seguido de un desayuno buffet antes de regresar a la ciudad.
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