Recorre los famosos canales de Xochimilco en una trajinera llena de vida, con mariachi en vivo, bebidas frías y comida fresca a tu alcance. Guías locales cuentan leyendas y chistes mientras bailas o simplemente disfrutas el paisaje, todo envuelto en colores y sonidos inolvidables.
Jamás olvidaré la primera vez que subimos a esa trajinera tan colorida en Xochimilco—pintada de rojo y amarillo tan vivos que casi me dolían los ojos después de la mañana gris de la ciudad. Pako ya nos saludaba con una sonrisa bajo sus rastas alborotadas. Me pasó una cerveza fría antes de que pudiera sentarme. El aire olía a agua del canal y a elote asado que venía de otra trajinera. No esperaba reír tanto tan temprano—quizá fue por la cata de tequila (que empezó rápido), o simplemente porque todos se soltaron cuando pasó el mariachi y alguien gritó “Cielito Lindo.”
Pako tiene una manera de hacerte sentir parte de su grupo—aunque esté contando historias de su abuela que hacía tours aquí hace décadas, o explicando por qué los ajolotes son criaturas tan raras (los llamó “los punk rockers del canal,” y me hizo reír mucho). Siempre pasa algo: vendedores que se acercan para vender pulque o coronas de flores, niños saludando desde otras trajineras, ese tipo que no dejaba de bailar aunque el bote se moviera. En un momento probé el elote con chile—me quemé un poco la lengua, pero no podía dejar de comerlo. El sol salió justo entonces, iluminando el agua con parches dorados extraños.
Sigo pensando en cómo la música rebota en el agua—a veces dos bandas tocando al mismo tiempo, chocando pero de una forma que funciona. Puedes pedir tu canción si tienes pesos a mano (intenté cantar; no fue mi mejor momento). Es ruidoso, pero no molesto—más bien parece que todos están invitados a esta gran fiesta flotante. Cuando pasamos por la Isla de las Muñecas, Pako bajó la voz y nos contó la leyenda. Se me pusieron los pelos de punta, aunque hacía calor. Volvimos hacia el Embarcadero Caltongo más despacio de lo que quería—el paseo se me hizo corto.
El recorrido suele durar entre 2 y 3 horas por los canales.
Sí, los guías son bilingües en español e inglés durante todo el paseo.
Se incluyen cerveza, degustaciones de tequila, agua y refrescos para niños.
Sí, bebés y niños pequeños pueden subir sin problema; se permiten cochecitos.
Sí, los animales de servicio son bienvenidos en las trajineras.
El tour inicia y termina en el Embarcadero Caltongo, en Xochimilco.
Es recomendable llevar pesos para pedir canciones al mariachi, comprar souvenirs o snacks extra de los vendedores locales.
Tu día incluye el acceso a una trajinera privada y colorida con un guía local bilingüe; cerveza mexicana y degustación de tequila a bordo; agua y refrescos para quien los quiera; además de todos los tickets para 2-3 horas navegando por los históricos canales de Xochimilco, regresando al Embarcadero Caltongo a tu ritmo.
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