Navega la costa de Abel Tasman con un guía local, observa leones marinos descansando en las rocas y elige entre relajarte a bordo o caminar parte de la famosa Gran Caminata. Con comentarios en vivo y paradas flexibles en playas doradas, vivirás momentos —como la primera vista de Split Apple Rock— que recordarás mucho después de volver a casa.
Split Apple Rock parece casi irreal desde el agua — como si alguien lo hubiera partido con un cuchillo gigante y lo hubiera dejado ahí, en equilibrio. Nuestro capitán, Pete, bajó la velocidad para que pudiéramos verlo mejor y nos contó la leyenda maorí que hay detrás (no estoy seguro de haber captado todos los detalles, pero me gustó cuando dijo “aún es un misterio”). El aire olía a sal y frescura, y el motor emitía un zumbido extraño pero relajante mientras navegábamos junto a pequeñas calas rodeadas de bosque. No esperaba ver tantos tonos de verde — ni que la arena fuera tan dorada.
Había leído sobre los leones marinos, pero verlos tumbados en las rocas cerca de la isla Adele fue otra cosa. Un cachorro se lanzó al agua justo cuando pasábamos; todos en cubierta guardaron silencio un momento, y luego alguien se rió cuando volvió a salir a la superficie. La tripulación parecía conocer cada rincón de esta costa — señalaban aves que nunca había oído nombrar (¿cormoranes? creo) y daban consejos para quienes quisieran bajarse y recorrer algún tramo de la Gran Caminata de Abel Tasman. Podías quedarte a bordo o bajarte en una playa por una hora o más; la verdad dudé un poco porque mis zapatos aún estaban mojados por la lluvia del día anterior.
Al final caminé igual — solo una hora por el sendero, nada heroico. Estaba más tranquilo de lo que esperaba; se escuchaban los cantos de los tui resonando entre los árboles y a veces solo tus pasos sobre la tierra compacta. Hay algo especial en poder marcar tu propio ritmo aquí. Algunos se quedaron en el Vista Cruise durante todo el recorrido, charlando con Pete sobre la historia local o simplemente mirando los acantilados esculpidos. De cualquier forma, al mediodía ya estabas de vuelta en el punto de partida, con la piel quemada si olvidaste el protector solar (como yo), y con ganas de un buen fish and chips.
No, no incluye recogida en hotel; el embarque es desde la playa principal.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carrito.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante el crucero.
Sí, puedes elegir caminatas opcionales de 1 a 4 horas durante el crucero.
Sí, las tarifas del parque nacional están incluidas en el precio del ticket.
Sí, la tripulación local ofrece comentarios en vivo durante todo el recorrido.
Sí, es apto para todos los niveles de condición física.
Sí, los bebés son bienvenidos pero deben ir en el regazo de un adulto si no están en cochecito.
Tu día incluye la entrada al parque nacional y comentarios en vivo a bordo por parte de la amable tripulación local. Puedes elegir quedarte en el barco para un crucero panorámico o bajar en una playa para hacer caminatas guiadas opcionales por tramos de la Gran Caminata de Abel Tasman antes de regresar cómodamente al punto de partida.
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