Sube a un avión pequeño en Kaikōura para un vuelo panorámico de 40 minutos con comentarios en vivo del piloto local. Podrás ver cachalotes (si están cerca), delfines, y quizás orcas o ballenas jorobadas deslizándose bajo ti. Cada asiento tiene ventana para no perderte ningún momento salvaje cuando algo asome — y volverás a tierra con la sensación de estar aún en las alturas.
Despegamos desde la pequeña pista de Kaikōura, el zumbido de las hélices acompañaba el vuelo, y yo ya tenía la cara pegada a la ventana antes de despegar por completo. El piloto — creo que se llamaba Dave, o tal vez Dan — saludó con la mano mientras girábamos sobre la bahía. Empezó a contarnos por los auriculares cómo a los cachalotes les encanta estar justo aquí por la profunda fosa marina cercana. Se mezclaba el olor a sal marina con el aceite del motor, una combinación extraña pero reconfortante una vez que te acostumbras.
A los diez minutos, alguien a mi izquierda soltó un suspiro de sorpresa — ahí estaba, una silueta oscura asomándose en la superficie. El piloto hizo un círculo suave para que todos pudiéramos verla bien (y sí, el corazón me dio un vuelco). Desde aquí arriba se distingue toda la forma de la ballena, no solo el chorro de agua o la cola. También señaló algunos delfines — parecían comas plateadas que se deslizaban por el agua azul. Es curioso lo silencioso que se siente allá arriba, salvo por el crujido de los auriculares y algún susurro emocionado de vez en cuando.
Intenté sacar una foto, pero solo capté nubes borrosas y mi reflejo. Las montañas detrás de Kaikōura son impresionantes — cumbres nevadas que caen directo a praderas verdes y luego al océano. En un momento me olvidé de escuchar los comentarios porque estaba hipnotizado mirando la costa, pensando en lo pequeño que se ve todo desde arriba. Nuestro guía bromeó sobre “atascos de ballenas” (que no existen, claro), y eso hizo que todos soltáramos una risa y nos relajáramos un poco. Al aterrizar, con las piernas temblando pero sonriendo, me di cuenta de que durante cuarenta minutos no pensé en nada más: solo cielo, mar y esas siluetas moviéndose abajo.
El vuelo panorámico dura aproximadamente 40 minutos.
Sí, cada pasajero tiene asiento junto a la ventana para una mejor vista.
Podrás ver cachalotes, delfines, ballenas jorobadas, ballenas azules, orcas y otros cetáceos.
No, no se garantiza porque las ballenas son animales salvajes; no se ofrecen reembolsos si no se avistan.
Sí, el transporte y todas las áreas son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, el piloto ofrece comentarios en vivo a través de los auriculares durante el vuelo.
Los bebés pueden viajar, pero deben ir en el regazo de un adulto; se permiten cochecitos en el aeropuerto.
Por favor, haz el check-in al menos 30 minutos antes de la hora del vuelo.
Tu experiencia incluye un vuelo panorámico de 40 minutos para avistar ballenas sobre Kaikōura con comentarios en vivo del piloto a través de auriculares personales. Cada pasajero tiene asiento junto a la ventana para disfrutar de vistas claras de la vida marina y la costa antes de regresar a la pista.
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