Phuket: Masaje Privado según tu Estado de Ánimo con Traslado en 60 Minutos

4.98

(172 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Llegamos al spa en uno de esos pequeños buggies — casi me dio risa lo silencioso que era, como si el mundo se hubiera detenido por un momento. El aire estaba denso, pero no pesado, más bien como un abrazo cálido (si eso tiene sentido). Al entrar, me ofrecieron una tacita de té de hierbas con un aroma cítrico muy suave. Nuestra terapeuta, Dao, me preguntó cómo me sentía — no solo un “bien o mal”, sino que realmente escuchó mientras intentaba explicar esa mezcla rara de cansancio y nervios. Asintió y dijo algo en tailandés a su compañera; ojalá hubiera entendido.

La sala estaba fresca y tenue, con un leve aroma a hierba limón. Al tumbarme, noté que las sábanas eran más suaves de lo que esperaba — casi resbaladizas sobre la piel. Las manos de Dao encontraron todos esos nudos en mis hombros que ni sabía que tenía. En un momento, presionó la palma entre mis omóplatos y juro que sentí cómo todo mi cuerpo se soltaba. Hubo un instante en que todo desapareció excepto su voz preguntando si la presión estaba bien (perfecta, de hecho). Es curioso cómo sesenta minutos pueden parecer a la vez eternos y fugaces.

Salí sintiéndome más liviano — no flotando ni nada exagerado, simplemente… más yo mismo otra vez. Al volver caminando por el jardín, el sol me dio en la cara y me di cuenta de toda la tensión que llevaba sin darme cuenta. Es curioso lo que notas cuando alguien se fija en tu estado de ánimo por una hora. A veces aún recuerdo esa tacita de té.