Hanoi en Jeep: Puente Long Bien, Isla Banana y Café de Huevo

4.99

(178 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

“Isla Banana”, dijo nuestra guía Linh, señalando más allá del caos de scooters mientras cruzábamos el Puente Long Bien. Sentí el olor del río, una mezcla dulce y terrosa, y la brisa cálida acariciaba mi rostro. La ciudad se veía distinta desde el asiento trasero de ese Jeep verde militar, todo parecía más cercano y de alguna forma más suave. Apenas habíamos salido del Barrio Antiguo cuando Linh empezó a contar la infancia de su abuela aquí durante la guerra. No esperaba sentir tanto solo cruzando un puente, pero así fue.

La palabra clave de este recorrido es Hanoi Jeep Tour, pero en realidad se sentía menos como un “tour” y más como que una amiga que conoce cada atajo y callecita te mostrara la ciudad. En el Lago Oeste paramos un momento, justo para ver a unos niños pescando en la orilla, sus risas resonando sobre el agua. El aire era más fresco, con un toque floral. Luego nos metimos en calles estrechas donde la ropa colgada bailaba sobre nuestras cabezas y alguien me ofreció una rodaja de piña recién sacada de su carrito (tan dulce que me dolieron los dientes). Linh se rió cuando intenté dar las gracias en vietnamita — seguro lo dije fatal.

El almuerzo fue en un local pequeño y bullicioso cerca de la calle del tren de la Reunificación — taburetes de plástico, platos picantes que aún no sé pronunciar, y café de huevo que sabía a postre y desayuno al mismo tiempo. Hubo un momento en que un anciano (veterano de guerra, dijo Linh) se sentó junto a nosotros solo para charlar sobre sus recuerdos de Hanoi antes del tráfico. Tenía una forma tranquila de hablar que me hizo olvidar el tiempo por un rato. Todo el día fue así: lleno de capas, sorpresas, a veces ruidoso y otras veces suave. Todavía recuerdo esa vista del Puente Long Bien al atardecer.