Si quieres vivir el verdadero Vietnam central —lagunas tranquilas, pasos montañosos, vida de pueblo auténtica y ciudades llenas de vida— este tour lo tiene todo. Historias locales, buena comida y tiempo para explorar a tu ritmo.
Al bajar del barco en el puerto de Chan May, el aire se sentía cálido y con un toque salado, típico de esta zona de Vietnam. Nuestro conductor ya nos esperaba, saludando con una sonrisa enorme. Partimos por la costa y en media hora el paisaje cambió por completo. De repente apareció la laguna Lap An, tranquila y cristalina, con solo unos pocos pescadores en sus barcas de madera. No es un lugar que suela salir en las guías, pero es uno de esos rincones de paz donde solo quieres detenerte y respirar profundo.
El camino por el paso Hai Van fue inolvidable. La carretera serpentea entre colinas, con vistas salvajes: montañas a un lado, mar al otro. Minh, nuestro guía, nos señaló antiguos búnkeres franceses en la cima y nos contó cómo aquí el clima puede cambiar en un instante. Y justo entonces, una brisa fresca mezclada con olor a eucalipto nos envolvió. Paramos para sacar fotos; hasta los locales estaban tomando instantáneas.
Después visitamos el pueblo de cocos Cam Thanh. Nunca había probado un “basket boat” —esas barcas redondas de bambú que ves en fotos— pero el barquero local lo manejaba con mucha destreza. Incluso me dejó probar a dirigirlo (di vueltas en círculos y todos se rieron). Los canales están rodeados de palmeras de coco densas, y se escuchan pájaros cantando arriba. Hay un aroma suave a barro del río y hojas frescas. El silencio solo se rompe con el chapoteo de los remos y algún grito lejano de otra barca.
El casco antiguo de Hoi An es tan colorido como dicen. Paredes amarillas, puertas de madera antiguas, faroles por todos lados, incluso de día. Minh nos llevó por callejones donde los sastres trabajaban junto a ventanas abiertas. Paramos a tomar un café helado en Faifo Café; sus granos los tuestan justo en la calle de al lado. El calor afuera hizo que ese primer sorbo fuera aún mejor. Minh contó historias sobre cómo los comerciantes japoneses construyeron el puente cubierto hace siglos. En cada esquina había algo nuevo: un templo, una tienda de seda o un vendedor ambulante con bánh mì fresco.
Terminamos en Da Nang en el puente de los candados del amor. Es un lugar popular para parejas, con candados llenos de nombres grabados. Desde ahí se ve el puente del Dragón, con sus escamas doradas brillando bajo el sol de la tarde. Minh nos dijo que si estás un fin de semana por la noche, el dragón realmente escupe fuego y agua (esta vez no lo vimos). Aun así, solo estar ahí viendo pasar las motos y sintiendo el pulso de la ciudad fue el cierre perfecto para el día.
Sí, es ideal para familias. Los basket boats son divertidos para todas las edades y hay espacio para cochecitos en el vehículo. Solo avísanos si necesitas ayuda extra.
¡Claro! El itinerario es flexible, solo dile a tu guía qué te interesa más y haremos lo posible para ajustar los tiempos.
El almuerzo está incluido y suele ser comida vietnamita local —rollitos frescos, cerdo a la parrilla y arroz. También hay opciones vegetarianas.
Sí, tu guía habla inglés con fluidez y conoce mucho sobre la historia y cultura local. No dudes en hacer preguntas durante el recorrido.
El tour incluye agua embotellada, un delicioso almuerzo local, todas las entradas y tasas, además de transporte cómodo con aire acondicionado. Nosotros nos encargamos de todo para que solo disfrutes el día.
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