Viaja desde Salta por cañones surrealistas, para en Garganta del Diablo para fotos y llega a Cafayate para una cata de vinos local con guía. Disfruta los colores cambiantes de la Quebrada de las Conchas, tiempo para almorzar y muchas historias en el camino — mucho más que una simple excursión.
Para ser sincero, no esperaba que el viaje de Salta a Cafayate se sintiera como una película. Un momento estábamos atravesando el tranquilo Valle de Lerma (el chofer nos señalaba campos de tabaco y caballos pastando), y de repente la tierra se abrió en esos cañones rojos salvajes. Nuestro guía, Martín, hacía paradas para que pudiéramos bajar — primero en Garganta del Diablo, que parecía sacado de una película de ciencia ficción. El aire olía a polvo y dulce, casi como barro seco al sol. Probé a aplaudir dentro de la formación del Anfiteatro porque Martín dijo que el eco era famoso — y tenía razón, se escuchaba el doble. Un tipo tocaba la quena ahí; el sonido era casi hipnótico entre tanta piedra.
Hicimos tantas paradas para fotos que perdí la cuenta (el mirador Tres Cruces casi hace que mi teléfono se sobrecaliente). Los colores iban cambiando — ocre, óxido, verde pálido. En un momento me quedé mirando el horizonte, tratando de entender cómo unas rocas podían verse suaves y filosas al mismo tiempo. Una pareja mayor de Buenos Aires compartió mate con nosotros durante una parada rápida en Talapampa — seguro me veía perdido, pero se rieron y me enseñaron cómo sostener el mate bien.
Cafayate se sentía mucho más tranquilo que Salta. Paseamos por plazas dormidas y iglesias blancas antes de entrar a una pequeña bodega para una cata (incluida en el tour). El Torrontés estaba frío y floral — la verdad no soy muy de vinos blancos, pero ese sorbo después de tanto polvo y sol fue otro nivel. El almuerzo fue por cuenta propia, pero Martín nos recomendó dónde comer las mejores empanadas; la mía llegó bien caliente con un toque de comino. De regreso me quedé dormido media hora y desperté justo cuando pasábamos otra vez por esas formaciones rocosas tan impresionantes. Es curioso cómo ese paisaje se te mete bajo la piel tan rápido.
Sí, incluye recogida y regreso a tu alojamiento en Salta.
El tour completo dura unas 12 horas con paradas; el tiempo de manejo es de alrededor de 3 horas por tramo.
Sí, los guías están autorizados por el Ministerio de Turismo de Salta.
Visitarás Garganta del Diablo, Anfiteatro, mirador Tres Cruces, formaciones Yeso y Castillos.
Sí, visitarás una bodega en Cafayate con una pequeña cata incluida.
No, el almuerzo es por cuenta propia, pero tendrás dos horas libres para comer en Cafayate.
Sí, todos los vehículos son aire acondicionados y autorizados por la AMT.
Sí, los bebés pueden unirse; hay cochecitos y asientos especiales para ellos si los necesitas.
Tu día incluye traslado ida y vuelta desde el hotel en Salta en un vehículo con aire acondicionado y conductor autorizado. Harás paradas guiadas en las formaciones rocosas de la Quebrada de las Conchas y visitarás una bodega en Cafayate para una cata de vinos antes de regresar a tu alojamiento alrededor de las 7 pm.
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