Deslízate por el río Noosa y luego adéntrate en mar abierto con un capitán local, avistando ballenas jorobadas que saltan o nadan junto al barco. Incluye impermeables y gafas especiales para las salpicaduras (y las risas), además de vistas únicas a acantilados salvajes y calas secretas solo accesibles desde el agua. El silencio al ver tu primera ballena te acompaña mucho después de volver a tierra.
Apenas habíamos zarpado del muelle en Noosa cuando el capitán Christian nos sonrió y dijo: “Mantengan los ojos bien abiertos, nunca sabes quién aparecerá primero.” El río despertaba despacio, con una ligera neblina abrazando las orillas, mientras los pelícanos caminaban como si fueran los dueños del lugar (quizá lo sean). Me resultó curioso: pensaba que este tour de avistamiento de ballenas sería solo sobre esos grandes momentos en mar abierto, pero hay algo especial en deslizarse junto a esos bosques verdes y enredados — se mezcla el olor a sal y eucalipto. No esperaba esa combinación.
Al llegar a mar abierto frente a Noosa Heads, todo cambió. El barco aceleró, el agua me salpicaba la cara (menos mal que llevaba el impermeable), y de repente aparecieron acantilados que solo había visto desde tierra, pero que desde abajo se veían mucho más imponentes. Christian nos señaló una cala donde solía pescar de niño — “Solo se puede llegar en barco,” dijo, casi orgulloso. Entonces alguien gritó: “¡Ahí!” y justo a unos cincuenta metros, una cola golpeó la superficie. No sabía qué esperar al ver ballenas jorobadas tan cerca — no es solo su tamaño, sino lo lentas y cuidadosas que se mueven. Más tarde apareció una madre con su cría; todos guardamos silencio por un momento, salvo un niño que susurraba “wow” una y otra vez. Eso me quedó grabado.
Pasaron unas gafas especiales para quien quisiera asomarse por el lado del barco (yo lo hice, casi pierdo las gafas de la risa cuando una ola me alcanzó). Hubo un instante mágico cuando tres ballenas salieron a la superficie al mismo tiempo — su respiración sonaba como una tetera vieja que silba a intervalos cortos. Se veía cómo el sol brillaba en sus espaldas antes de que se sumergieran de nuevo. De regreso por la costa hacia el Parque Nacional de Noosa, Christian nos contó cuáles son los mejores meses para ver a las crías jugando. Sigo pensando en esa vista del bosque deslizándose mientras el viento secaba mi cabello… casi desearía haber llevado otra capa, pero en serio, no cambiaría nada de ese día.
No se especifica la duración exacta, pero es una excursión de medio día que incluye el paseo por el río y la búsqueda de ballenas en mar abierto.
Sí, cada participante recibe impermeable y chaleco salvavidas.
No, no se recomienda para embarazadas debido al movimiento del barco en mar abierto.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del punto de partida.
No se garantiza, pero los tours se realizan en temporada de migración, cuando las probabilidades son altas.
No es necesario pagar entrada; el parque se observa desde el agua durante el crucero.
Es recomendable llevar una capa extra de ropa; impermeable y gafas especiales se proporcionan, pero es útil tener ropa adicional por si te mojas.
Tu día incluye un crucero guiado con el capitán Christian por el río Noosa hasta mar abierto, además del uso de impermeable, chaleco salvavidas para tu seguridad y gafas especiales para acercarte a las salpicaduras mientras buscas ballenas antes de regresar bordeando acantilados salvajes hacia el pueblo.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?