Sentirás la costa salvaje de Nueva Escocia bajo tus pies en Peggy’s Cove, probarás mariscos frescos en el colorido Lunenburg y caminarás entre las tumbas del Titanic en Halifax, todo acompañado por un guía local que comparte historias en cada tramo. Esta excursión te da tiempo para explorar, reflexionar y simplemente respirar el momento.
Salimos del centro de Halifax justo cuando la ciudad empezaba a despertar, con las ventanas bajadas y una brisa marina colándose. Nuestra guía, Janet, que creció cerca, tenía esa habilidad de señalar detalles que uno ni nota: un bote viejo medio hundido entre los juncos, una panadería que juraba hacía las mejores galletas de avena (todavía me arrepiento de no haber comprado una). El viaje a Peggy’s Cove no fue largo, ¿unos 45 minutos? Pero parecía como entrar en otro mundo. Cuando finalmente pisamos esas rocas de granito junto al faro, olía a sal y a algo ligeramente a pescado de los barcos. Todo estaba en silencio, salvo las gaviotas y el golpeteo de las olas contra la piedra. Quise sacar una foto, pero la verdad es que no captaba lo pequeño que uno se siente ahí.
Después de Peggy’s Cove hicimos una parada rápida en el Memorial Whalesback. No es nada ostentoso, solo un par de piedras y viento, pero estar ahí con Janet contando la historia del vuelo Swissair 111 me dejó con esa mezcla rara de tristeza y paz que a veces da el mar. Luego volvimos al van para ir a Lunenburg. Ese pueblo es puro color: casas rojas, molduras azules, puertas amarillas. Caminamos por antiguos astilleros donde alguien martillaba madera de verdad, sin show, y entré en una tienda que vendía boyas pintadas a mano. Almorzamos frente al mar; yo pedí un rollo de langosta (un poco desordenado pero vale cada bocado), y juro que hasta las papas fritas sabían a brisa marina.
La última parada fue el Cementerio Fairview Lawn. Allí reina un silencio distinto, solo el viento entre los árboles y filas de lápidas que siguen la curva del césped. Janet nos contó sobre algunos pasajeros del Titanic enterrados ahí; la mayoría de las piedras solo tienen números en lugar de nombres. Eso me impactó más que cualquier museo. También aprendimos sobre el papel de Halifax tras el desastre e incluso sobre la Explosión de Halifax, algo que no conocía bien antes.
Me fui con una sensación agridulce, pero también agradecido, ¿cómo explicarlo? Si buscas una excursión desde Halifax que combine paisajes increíbles con historias reales —y que incluya recogida y agua embotellada— esta ruta es difícil de superar.
La excursión de día completo dura aproximadamente 8 horas, incluyendo los traslados entre paradas.
No incluye almuerzo, pero en Lunenburg tendrás opciones para comprar mariscos frescos u otras comidas durante tu tiempo libre.
La excursión incluye recogida; los pasajeros de cruceros deben proporcionar el nombre del barco y la hora de llegada al reservar.
Visitarás el faro de Peggy’s Cove, el Memorial Whalesback, Lunenburg (ciudad Patrimonio de la Humanidad) y el Cementerio Fairview Lawn (tumbas del Titanic).
Es apta para todos los niveles de movilidad; los bebés pueden unirse si traes su asiento o cochecito.
Sí, tendrás tiempo para explorar cada lugar a tu ritmo antes de continuar.
Es el lugar donde descansan más de 100 víctimas del Titanic; muchas lápidas solo tienen números en lugar de nombres.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante todo el recorrido.
Tu día incluye transporte cómodo con aire acondicionado, comentarios guiados por un experto local en cada parada y agua embotellada para que disfrutes la costa de Nueva Escocia sin preocuparte por nada.
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