Te recogerán directamente en tu crucero y te llevarán a los lugares más interesantes de Tianjin: desde mansiones cubiertas de porcelana hasta calles de mercado llenas de vida y vistas al río desde la enorme noria, todo acompañado por un guía local amable que conoce cada atajo y cada historia.
Al bajar del barco, ya se sentía el bullicio de Tianjin: ese aire salado del río que te envuelve nada más acercarte al centro. Nuestro guía nos esperaba justo a la salida del puerto, con un cartelito con mi nombre (siempre un alivio). El trayecto hacia la ciudad fue tranquilo; vimos a locales pedaleando hacia el trabajo y pequeños puestos de fruta escondidos bajo los árboles de plátano. Primera parada: la Casa de Porcelana. Por fuera es una locura: cada centímetro cubierto de cerámicas rotas y jarrones antiguos, hasta el techo tiene un enorme dragón hecho con fragmentos de porcelana. Por dentro, se respira un silencio extraño, como si todos caminaran de puntillas para no romper nada. ¿Mi parte favorita? Encontrar un mosaico de la Mona Lisa escondido entre tallas de jade y jarrones de la era de la República apilados en lo que llaman el “muro de la paz”.
Después, paseamos por la Calle de la Cultura Antigua. Es un bullicio agradable: vendedores que pregonan sus productos, niños corriendo entre tiendas pintadas con escenas de viejas leyendas. Por todas partes verás figuritas de barro (las famosas Clay Figure Zhang), y si tienes suerte, podrás ver a un anciano pintándolas a mano en el escaparate de su tienda. Entramos en una casa de té para tomar una taza rápida; el aroma a jazmín estaba en el aire y esas tazas azul y blanco que nunca parecen enfriarse lo suficiente.
La zona de Wudadao tiene otro aire: calles más tranquilas con villas de estilo europeo de otra época. El museo aquí es pequeño pero está lleno de fotos y objetos que cuentan la historia moderna de Tianjin. Nuestro guía nos mostró imágenes que revelan cómo las embajadas extranjeras moldearon estos barrios hace más de 100 años; nunca me había dado cuenta de lo internacional que fue Tianjin.
Terminamos en el Tianjin Eye, justo sobre el puente Yongle; sinceramente, parece aún más grande en persona que en las fotos. El paseo dura unos 25 minutos por una vuelta completa; desde arriba se disfrutan vistas amplias del río Hai y los tejados de la ciudad (lo mejor es justo antes del atardecer, si puedes coordinarlo). Aunque no te gusten las alturas, solo ver su reflejo ondular en el agua ya vale la pena.
Sí, el transporte es accesible para sillas de ruedas y se permiten cochecitos o carritos de bebé. Solo avísanos si tienes necesidades especiales al reservar.
Depende de tus intereses; normalmente son unos 45 minutos en cada sitio principal, pero podemos ajustar los tiempos según tu ritmo.
¡Por supuesto! Esta excursión es totalmente personalizable. Comparte tus preferencias antes o habla con tu guía el mismo día.
No incluye comidas, pero hay muchos restaurantes locales y casas de té en la Calle de la Cultura Antigua donde puedes probar algo delicioso.
Tu propio guía de habla inglesa durante todo el día, vehículo privado con aire acondicionado y conductor, todas las entradas incluidas, además de impuestos y tarifas de estacionamiento cubiertos para que solo te preocupes por disfrutar.
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