Medellín y sus alrededores: Tour en ATV con guía local y recogida en hotel

4.70

(33 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

No esperaba estar riendo tanto antes del mediodía. Apenas habíamos salido de Medellín — tal vez una hora en la van, con las ventanas entreabiertas para sentir ese aire fresco de montaña — cuando nuestro conductor señaló un grupo de casas coloridas aferradas a la ladera. “Eso es Rionegro”, dijo. Pude oler la tierra húmeda mientras llegábamos al centro de ATV, donde los cascos estaban apilados como cajas de fruta junto a la puerta. También olía a café recién hecho, pero estaba demasiado nervioso para pedir uno.

Nuestro guía, Andrés, me entregó unos guantes y sonrió cuando me enredé con la correa del casco. “No te preocupes,” dijo, “a todos les pasa.” La charla de seguridad fue breve pero sin prisas — se aseguró de que hasta mi amigo, que nunca había manejado nada más peligroso que una bici, se sintiera tranquilo. Cuando arrancamos los motores (más ruidosos de lo que imaginaba), el campo se abrió ante nosotros: verdes colinas, vacas que nos miraban como si juzgaran nuestra técnica. La palabra clave aquí es tour ATV Medellín — pero en realidad se sentía menos como un tour y más como si nos soltaran en el patio trasero de alguien.

Hubo un tramo donde subimos una pendiente tan empinada que pensé que me iba a volcar hacia atrás — Andrés solo gritó ánimos desde atrás (“¡Vamos!”), y de alguna forma logré subir sin hacer el ridículo. Arriba, todo quedó en silencio salvo el viento y perros ladrando a lo lejos. Mis manos olían a metal y polvo. Paramos para fotos que nadie verá (mi cabello estaba alocado) y luego bajamos a toda velocidad por un valle que me hizo vibrar los dientes. A veces todavía recuerdo esa vista.