Pirámides de Giza: Tour Privado, Fotos Pro y Paseo en Camello

4.92

(193 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Te seré sincero: toda mi vida había visto las pirámides de Giza en fotos, pero estar ahí, en ese aire seco de El Cairo, con la arena crujir bajo mis zapatos, fue otra historia. Nuestro guía egiptólogo (Ahmed, que tenía el don de contar historia como si fuera chisme) empezó a señalar detalles que nunca había notado: en total hay nueve pirámides, no solo tres. El sol ya pegaba fuerte sobre las piedras y se sentía un leve olor a polvo y caballos cerca. No podía dejar de entrecerrar los ojos mirando la Gran Pirámide, tratando de imaginar cómo alguien pudo apilar esas piedras gigantes sin grúas ni nada. Ahmed se encogió de hombros y dijo, “Magia… o tal vez demasiados trabajadores.” Se rió. Yo también.

El fotógrafo se unió enseguida — súper amable pero sin ser pesado ni incómodo. Conocía todos esos ángulos donde podías salir sin nadie más de fondo. En un momento me pidió que pusiera cara seria, pero me reí porque un camello detrás mío estornudó (bien fuerte). Hablando de camellos: montar uno alrededor de las pirámides fue a la vez divertido y un poco aterrador al principio — ¡son más altos de lo que parecen en las fotos! Pero la vista desde ahí arriba es impresionante; ves cómo El Cairo se funde con el desierto y de repente solo estás tú y esas formas milenarias. A veces aún recuerdo esa panorámica cuando el ruido de casa se vuelve insoportable.

También paramos en la Esfinge — honestamente, más grande de lo que imaginaba y con un aire misterioso por su rostro medio desgastado. Ahmed nos contó por qué los egipcios la veían como un dios; algo de poder y protección. Cerca había niños vendiendo postales, gritando en árabe mientras nuestro fotógrafo tomaba unas últimas fotos (prometió darnos todo en una tarjeta de memoria después — y así fue). El almuerzo fue en un lugar elegante con bebidas frías y aire acondicionado, un verdadero oasis después de tanto sol. No sé si era un restaurante de cinco estrellas o si yo estaba simplemente hambriento, pero me comí todo.