Abu Dhabi: Gran Mezquita, Etihad Towers y traslado en SUV desde Dubái

4.92

(236 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

“¿Ves este dibujo? Mi abuela decía que parece como si estrellas cayeran sobre el agua”, nos susurró nuestro guía, Khalid, justo al entrar en la fresca sombra de la Gran Mezquita Sheikh Zayed. Recuerdo cómo mi aliento se condensó por un instante—el aire dentro era mucho más fresco que afuera—y traté de no quedarme mirando demasiado los detalles dorados. Hay algo especial en caminar descalzo sobre ese mármol, con los dedos fríos y solo escuchando ecos suaves. Khalid nos mostró detalles que nunca habría notado—pequeñas flores de mosaico que se enroscaban en las columnas, rayos de sol reflejándose en madreperla. No fue solo una parada; fue como descubrir un secreto.

El viaje desde Dubái se pasó volando—quizá porque el SUV era súper cómodo o porque Khalid no paraba de contar historias sobre los viejos tiempos de pesca en Abu Dhabi y cómo su tío todavía llama a Dubái “solo un pueblo grande”. Hicimos una parada rápida para fotos en el Palacio Real (parpadeé dos veces al ver las puertas doradas—¿serán reales?), y luego recorrimos la Corniche. El agua se veía increíblemente azul junto a todo ese vidrio y acero. Alguien en el grupo empezó a tararear la música de Fast & Furious al pasar por Etihad Towers—me reí, pero la verdad es que tenía un aire de película.

No esperaba sentirme tan pequeño bajo esas cúpulas ni preocuparme por cuántos tipos de mármol hay en un solo edificio (al parecer... muchos). La abaya que me dieron era más suave de lo que imaginaba. Había familias posando para fotos, niños corriendo de puntillas adelante. Para comer, solo tomamos agua y snacks del coche—simple, pero perfecto después de tanta calma y belleza. De regreso a Dubái, vi cómo la luz del sol se colaba entre las palmeras y traté de guardar cada detalle en la memoria. Aún no sé cómo explicar lo tranquilo que se siente esa mezquita—lo entenderás si la visitas.