Safari por el desierto de Dubái: 4x4 en dunas, cena BBQ y espectáculos en vivo

4.91

(838 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Confieso que no esperaba que la arena se sintiera tan suave — casi como harina, pero calentita. El camino desde Dubái fue tranquilo al principio (nuestro conductor, Kareem, solo nos dejó disfrutar cómo la ciudad se iba quedando atrás), pero el silencio se rompió al llegar a las dunas. La parte de 4x4 fue más salvaje de lo que imaginaba — se me revolvió el estómago un par de veces y todos reímos a carcajadas. El aire del desierto era seco y punzante; después de cada parada encontraba arena en los zapatos. Kareem nos sonrió por el espejo retrovisor y dijo algo sobre “terapia del desierto”. Quizá tenía razón.

Al llegar al campamento, un aroma nos envolvió — carne a la parrilla mezclada con el dulce humo de la shisha y café. Nos ofrecieron tazas pequeñas de café árabe y dátiles (nunca me habían gustado, pero estos estaban pegajosos y dulces, perfectos). Había otros viajeros, pero no parecía lleno; tal vez porque nuestra mesa estaba un poco apartada. Nos probamos unas túnicas largas para las fotos — la mía se me caía del hombro todo el rato. Cerca, alguien se hacía un tatuaje de henna en la mano, así que me animé. Las manos de la artista se movían tan rápido que casi no me di cuenta cuando terminó, hasta que me sonrió.

Montar en camello parecía fácil hasta que te subes — ¡son más altos de lo que parecen! Casi me caigo cuando el mío se levantó; Li grabó el momento y no me deja olvidarlo. Después llegó la comida: platos llenos de pollo a la parrilla, pan plano y ensaladas que ni sabía cómo llamar. Hubo un show de fuego que dejó a todos en silencio por un momento (el calor de las llamas se sentía cerca incluso desde nuestros asientos), y luego volvió la danza del vientre. La verdad, para entonces ya ni miraba el móvil ni pensaba en el tiempo.

Sigo recordando ese último rato — sentado con un té mientras el sol se escondía tras las dunas. No era un silencio total (la música llegaba de algún lugar), pero había una paz que no esperaba en un viaje tan movido por la ciudad. Si te preguntas si vale la pena este safari por el desierto de Dubái… bueno, todavía encuentro arena en mi bolso días después, así que sí.