Vive la vida rural en Čičmany, explora los pasillos del castillo de Bojnice y respira el aire fresco de Štrbské Pleso, todo en un grupo pequeño y con paradas flexibles. Historias locales, snacks y momentos para reír o disfrutar del silencio en el corazón de Eslovaquia.
Hay un momento mágico la primera vez que ves Čičmany: esas casas de madera decoradas con patrones blancos tradicionales. Nuestro guía, Peter, sonreía tranquilo mientras esperaba que nuestras caras captaran la belleza del lugar. El aire olía a leña y a algo dulce, quizás al pastel de miel de la cafetería en la plaza. Intenté pronunciar “Čičmany” correctamente (más difícil de lo que parece) y una señora mayor en su porche se rió y nos invitó a acercarnos. Terminamos probando queso casero, más salado de lo esperado pero perfecto tras el viaje desde Bratislava.
El castillo de Bojnice me sorprendió: parece sacado de un cuento, pero menos pulido y mucho más auténtico. Peter conocía cada detalle curioso: desde la ventana donde una condesa espiaba a sus invitados, hasta cómo la piedra se sentía más fría cerca de las antiguas mazmorras. Ese día había una boda; pudimos ver risas nerviosas y confeti cayendo por las escaleras. De camino a Štrbské Pleso en los Altos Tatras, me quedé dormido un rato (perdón, Peter) y desperté con montañas que llenaban medio cielo y ese olor intenso a pino colándose por la ventana del furgón.
El paseo por el lago Štrbské Pleso fue más tranquilo de lo que esperaba: solo el crujir de la grava bajo los pies y voces lejanas que se reflejaban en el agua. Algunos se animaron a seguir con Peter hasta Popradské Pleso; yo me quedé en una cafetería junto al lago, con un café, viendo cómo las nubes se deslizaban sobre picos afilados. Hubo tiempo para todo: charlar o quedarse en silencio, caminar o simplemente sentarse. De regreso a Bratislava hicimos una parada improvisada porque alguien vio flores silvestres al borde del camino. Nadie tenía prisa.
La excursión completa dura unas 12 horas, incluyendo traslados y paradas.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos para tu comodidad.
Sí, hay una visita guiada a Čičmany con tiempo para explorar sus casas pintadas de madera.
Incluye snacks y agua embotellada; además, hay opción de almuerzo tradicional.
Tendrás unas dos horas libres para pasear o relajarte junto al lago.
El guía profesional habla inglés durante toda la excursión.
Sí, se pueden proporcionar asientos especiales para bebés si se avisa con antelación.
Tu día incluye recogida y regreso cómodo al hotel en Bratislava, todos los traslados en furgoneta entre Čičmany, el castillo de Bojnice y Štrbské Pleso en los Altos Tatras. Contarás con un guía local de habla inglesa, snacks y agua en el camino, degustación de tres vinos eslovacos (o opciones sin alcohol) y un grupo pequeño con flexibilidad para paradas extra si el tiempo lo permite antes de volver por la noche.
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