Albarracín: Paseo a Pie y Entrada a Casa Noble con Historias Locales

4.98

(146 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Con las manos rozando la piedra rugosa mientras nos colábamos por una de esas calles tan estrechas de Albarracín que casi rozaba los hombros a ambos lados. Nuestra guía, Carmen, se detuvo justo ahí y señaló arriba, donde dos edificios casi se tocan. Sonrió y nos contó cómo los vecinos solían pasarse el pan por ese hueco cuando llovía. Podía oler el humo de leña que salía de alguna ventana, mezclándose con el aire fresco de la montaña. Hay algo en este lugar que te hace bajar el ritmo sin darte cuenta.

Nos paramos frente a la Casa de los Navarro y Arzuriaga—la verdad, el color es una locura, como si alguien hubiera mezclado todos los tonos de terracota y los hubiera puesto sin miedo. Carmen empezó a contar una leyenda local (me perdí a mitad de camino, pero su expresión valía la pena). Luego nos metimos en otra calle donde una vieja campana de iglesia resonaba entre las paredes, dándole un aire aún más antiguo al lugar. El tour de un día por Albarracín realmente te lleva por rincones que nunca encontrarías solo.

No esperaba entrar en una casa noble, pero de repente estábamos cruzando ese umbral pesado para entrar en la Casa Museo de las familias Pérez y Toyuela. Tres pisos de madera crujiente, tapices desgastados, hasta ropa antigua colgada como si alguien fuera a volver por ella. La guía nos dejó quedarnos un rato junto a una ventana—la luz del sol atrapaba motas de polvo—y me sorprendí pensando en qué olería aquí hace cien años. ¿Un guiso? ¿Algo más fuerte? En fin, todavía recuerdo esa vista sobre los tejados.