Recorre Baños de la Encina con un guía local, explorando sus antiguas murallas, entrando con calma en la iglesia de San Mateo y subiendo al deslumbrante camerino barroco lleno de espejos y angelitos de estuco. En el camino, escucharás historias que dan vida a cada rincón y te sorprenderás sonriendo con detalles inesperados.
Nos adentramos por las calles antiguas de Baños de la Encina justo cuando el sol empezaba a calentar las piedras — ese olor seco y un poco polvoriento tan típico de Andalucía. Nuestra guía, Carmen, nos llamó primero hacia el castillo. El Castillo de Bury al Hamma domina todo el pueblo. Catorce torres, más una extraña decimoquinta que parece casi pegada. Carmen nos contó que la añadieron los castellanos tras conquistar a los almohades. Señaló dónde se juntan las murallas viejas con las piedras nuevas — yo no lo habría notado. Allí arriba soplaba una brisa que traía tomillo silvestre o algo verde y punzante. Intenté imaginar cómo sería el sonido hace siglos, con soldados en vez de turistas.
Después de pasear por dentro (el suelo es irregular en algunos tramos, cuidado al andar), bajamos a la iglesia de San Mateo. La torre tiene ese aire gótico robusto, pero justo al lado ves detalles renacentistas. Dentro, Carmen nos mostró una pila bautismal, lisa y gastada por cientos de manos. Hay un retablo enorme de Palma Burgos — lleno de oro, pero sin resultar ostentoso. Alguien encendió una vela mientras estábamos y por un momento todo quedó en silencio, salvo el roce de unos zapatos sobre las baldosas.
La última parada fue, sin duda, mi parte favorita de esta escapada a Baños de la Encina — la ermita de Jesús del Llano y su camerino barroco. Subes unos veinte escalones (perdí la cuenta) hasta un vestíbulo lleno de espejos y molduras de estuco. El techo es una locura — como un panal o encaje de yeso, con angelitos asomándose entre guirnaldas y pájaros. Es tanto a la vez que me quedé allí, sonriendo como un niño. Carmen se rió cuando intenté pronunciar “mocarabe” bien; seguro que lo dije fatal, pero no le importó.
Todavía recuerdo esos espejos reflejando rayos de sol y el silencio que se hacía dentro, aunque éramos un grupo pequeño moviéndonos despacio. Si buscas algo distinto a la típica ruta por ciudades grandes, esta caminata privada por Baños de la Encina se siente íntima — como entrar en la historia de alguien por unas horas.
No hay un tiempo exacto, pero incluye varias paradas como el castillo, la iglesia y la ermita en una visita de medio día.
Sí, los bebés pueden ir en brazos o en carrito; es adecuada para todos los niveles físicos.
Sí, se admiten animales de asistencia durante la visita.
Incluye el castillo Bury al Hamma, la iglesia de San Mateo, casas señoriales del casco histórico y la ermita de Jesús del Llano.
La visita guiada está incluida; no se mencionan tasas de entrada específicas, pero el acceso está garantizado dentro del tour.
No se menciona recogida; los participantes se encuentran en el punto de inicio en Baños de la Encina.
El tour es apto para todos los niveles físicos; hay algunas escaleras en ciertos puntos.
Tu día incluye una visita guiada por el histórico castillo de Baños de la Encina, entrada a la iglesia de San Mateo con su impresionante retablo y pila bautismal, y acceso al decorado camerino barroco de la ermita de Jesús del Llano — todo acompañado por un guía local experto que hará que cada lugar cobre vida durante el paseo.
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