Deja atrás Barcelona y adéntrate en los picos impresionantes de Montserrat: primero a caballo por senderos tranquilos con guía local, luego recorriendo el antiguo monasterio donde los monjes pasan desapercibidos. Prueba quesos artesanos antes de volver a la ciudad con nuevas historias (y quizás algo de polvo del camino).
Apenas habíamos salido de Barcelona cuando nuestra guía Marta empezó a señalar detalles que jamás habría notado: antiguas masías escondidas en las colinas, cómo la luz acariciaba las rocas al acercarnos a Montserrat. La montaña parecía de otro mundo, como sacada de un cuento, con sus picos afilados y pálidos contra el cielo. Recuerdo bajar la ventanilla solo para respirar ese aroma a pino y tierra seca. No está lejos de la ciudad, pero se siente como entrar en otro universo.
El rancho de caballos era más tranquilo de lo que esperaba. Un par de locales ya estaban preparando sus monturas; uno me saludó con un gesto, pero seguía a su ritmo. Marta repartió cascos y nos hizo una breve explicación en español e inglés, cambiando de idioma sin perder el hilo. Mi caballo se llamaba Lluís, parecía paciente, ideal para principiantes como yo. El paseo en sí tenía algo especial: avanzar despacio por ese paisaje, solo escuchando cascos sobre la tierra y el canto lejano de los pájaros. En un momento, al rozar unos arbustos, me llegó un intenso aroma a romero silvestre. No me lo esperaba.
Después subimos hasta el Monasterio de Montserrat. Ya había más gente: familias, parejas mayores e incluso algunos monjes con sus hábitos marrones que se movían entre la multitud como si nada. Dentro, Marta nos contó sobre la Moreneta y cómo a veces hay que esperar horas para verla de cerca. No lo intentamos; en cambio, paseamos por las capillas laterales y nos quedamos en silencio frente a los vitrales mientras la luz jugaba con el suelo de piedra.
Mis últimos minutos los pasé en uno de esos puestos de agricultores cerca de la entrada. Probé un queso local, más salado de lo que esperaba, pero realmente bueno. De vuelta a Barcelona, no dejaba de mirar hacia Montserrat, esperando ver a Lluís en algún campo. A veces aún recuerdo esa vista.
La experiencia ocupa casi todo el día, incluyendo el traslado y las actividades en cada parada.
Sí, hay una breve explicación antes de empezar y los guías te acompañan; es apto para la mayoría de niveles físicos.
Sí, por seguridad los jinetes deben pesar menos de 95 kg y tener más de 12 años.
Incluye transporte desde Barcelona, paseo a caballo con casco y guía, entrada al monasterio y visita guiada en varios idiomas.
No está garantizado por posibles colas largas; el acceso depende de la temporada y la afluencia.
No hay almuerzo incluido, pero hay tiempo libre en Montserrat para comprar algo en cafés o puestos.
El grupo máximo es de 8 personas; si son más, se dividen para las actividades.
No, el punto de encuentro es en un lugar céntrico de Barcelona antes de salir.
Puede haber tours en otros idiomas si hay suficientes participantes; si no, se hace en inglés.
Tu día incluye transporte desde el centro de Barcelona hacia el campo catalán, una hora de paseo a caballo con casco e instrucciones, entradas al Monasterio de Montserrat y visita guiada por su basílica, además de tiempo para explorar puestos de agricultores o tomar un tentempié antes de regresar.
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