Relájate con tu pareja en un espacio privado en pleno corazón de Barcelona—masajes a medida, baño floral y esos detalles que marcan la diferencia (como elegir tu aroma). Ideal para sorprender o desconectar del ruido urbano.
La ciudad afuera no para de moverse, pero dentro de este spa en Passeig de Gràcia todo se ralentiza. Nos quitamos los zapatos—esos chanclas desechables se sienten raros al principio—y nos acomodamos en una sala con luz tenue y dos camillas juntas. Nuestros terapeutas, ambos de Tailandia, nos recibieron con sonrisas suaves y preguntaron por la presión y el aroma del aceite. Yo elegí hierba limón; mi pareja, lavanda. Cada uno puede escoger su estilo—más intenso o suave. De fondo, el sonido leve del agua cayendo ayudaba a relajarnos.
Después de una hora que pasó volando, nos llevaron a un jacuzzi privado ya cubierto de pétalos de flores. El aire olía dulce, pero sin ser empalagoso—justo para notar. Nos dieron una copa de cava a cada uno (detalle genial) y nos quedamos ahí, disfrutando del agua tibia. Sin prisas, nadie te apura. Al salir, nos ofrecieron té o zumo natural en su acogedora sala de té. Yo opté por el té de jengibre—perfecto para terminar esa sensación de relax.
¡Claro! Cada persona puede escoger el estilo e intensidad que prefiera del menú.
Por supuesto—el spa está totalmente adaptado para sillas de ruedas y cochecitos.
El jacuzzi es privado para ti y tu pareja durante toda la sesión.
Recibirás una copa de cava tras el masaje y luego té, agua o zumo para terminar.
Incluye chanclas desechables, toallas y una tanga cómoda desechable para usar durante la visita. Tras el masaje, disfruta de una copa de cava en el baño floral. Para cerrar, té, agua o zumo natural en su relajante sala de té.
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