Vuela sin puertas sobre la costa salvaje de Maui y Molokai y siente la adrenalina al máximo, con solo tu móvil para fotos (sí, lo revisan). Un piloto experto te guía por picos selváticos y acantilados mientras te agarras fuerte y te ríes de ti mismo. Es ruidoso, ventoso, puro... y a la vez relajante.
Intentando hacerme un moño con la chaqueta a medio cerrar, vi a nuestro piloto—Chris, creo—sonreír mientras luchaba. Me pasó las gafas (“¡Te van a venir bien!”) y revisó que mi móvil estuviera bien sujeto al cordón. Hay algo especial en estar en ese helipuerto de Kahului, escuchar el rotor y sentir cómo se acelera el corazón. Lo de “sin puertas” no es un decir—es real. Las rodillas me temblaban un poco al subir.
Al despegar, Maui se quedó atrás rápido—la costa se extendía abajo, el verde se fundía con el azul. Chris señaló unas crestas en las montañas de West Maui donde las nubes se enganchaban en las cumbres; se olía la lluvia lejos, pero aquí arriba solo había aire frío y sal. Al cruzar a Molokai, aparecieron los acantilados—los más altos del mundo, dijo, y le creí porque parecían infinitos. Las cascadas caían en hilos tan finos que casi no las veías sin entrecerrar los ojos por la bruma. En un momento casi se me cae el móvil (tranqui, el cordón funciona), pero estaba tan embobada que ni me importó.
Todo duró unos 45 minutos, pero el tiempo se volvió raro allá arriba—me pillaba sonriendo como tonta cada vez que nos acercábamos al borde o bajábamos sobre playas a las que nadie más podía llegar. Chris nos contó historias de Molokai—algo de antiguos estanques para pescar y cómo los locales siguen usando esos métodos—y yo intenté pronunciar “Molokaʻi” bien, aunque seguro lo hice mal (se rió). El viento en la cara es más frío de lo que parece, incluso con la chaqueta puesta. A veces todavía lo siento cuando cierro los ojos por la noche.
El vuelo dura aproximadamente 45 minutos desde el despegue hasta el aterrizaje.
Los niños deben tener al menos 10 años; los menores de 18 deben ir acompañados por un adulto.
No se permiten cámaras; solo puedes usar tu móvil asegurado con el cordón que te proporcionan.
Debes llevar zapatos cerrados o sandalias con tiras; no se permiten chanclas ni sandalias sin sujeción. Te dan chaqueta cortaviento y gafas protectoras.
Si algún pasajero pesa más de 113 kg (250 lbs) o el grupo supera ciertos límites, hay que comprar un asiento extra por seguridad.
El vuelo sale del helipuerto de Kahului en Maui.
Sí, el recorrido pasa sobre selvas y cascadas en los acantilados de Molokai y las montañas de West Maui.
No incluye recogida; los pasajeros deben llegar por su cuenta al helipuerto de Kahului.
Tu día incluye un vuelo de 45 minutos sin puertas desde el helipuerto de Kahului con un piloto profesional que comparte historias locales durante el recorrido. Recibirás equipo de seguridad como chaqueta cortaviento y gafas (aunque se empañen), además de un cordón seguro para tu móvil para que puedas hacer fotos sin preocuparte de que se caiga en vuelo.
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