París Louvre: Tour guiado con entrada rápida a obras imprescindibles

4.55

(336 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Creía saber qué esperar en el Louvre, pero la verdad es que nada te prepara para ese primer paso dentro. El lugar es enorme—me perdí solo mirando los techos. Nuestra guía, Camille, nos hizo señas y nos dio unos auriculares (no imaginaba lo útiles que serían hasta que escuché lo eco que hay). Empezó contándonos que el museo fue un palacio real. Me imaginaba a los reyes caminando por esos suelos de mármol—es algo que impresiona cuando lo piensas.

La Mona Lisa era más pequeña de lo que había imaginado. Se escuchaba un murmullo suave de la gente, todos estirando el cuello o sacando fotos con el móvil. Camille logró acercarnos lo suficiente para que pudiera ver las grietas en la pintura—ella lo llamó “craquelado,” que suena más elegante de lo que es. Alguien preguntó si da Vinci quería que ella sonriera así. Camille solo sonrió y dijo: “Eso es París, siempre un misterio.”

Recorrimos salas llenas de estatuas griegas antiguas y reliquias egipcias (el olor es como a papel viejo mezclado con piedra pulida—difícil de describir). La Venus de Milo está ahí, serena y sin brazos; intenté imitar su pose y casi se me cae el auricular. Camille se rió y nos contó cómo la encontraron enterrada en una isla, lo que me hizo pensar en qué otros secretos habrá bajo estos suelos. Cuando llegamos a la Victoria Alada, la luz del sol entraba por una ventana alta y todo se volvió dorado por un momento. Es curioso, todavía recuerdo esa luz.

Si estás pensando en una escapada al Louvre desde el centro de París, este tour cubre mucho sin prisas. Incluye tu entrada y todos esos detalles que pasarías por alto si vas solo (y no tienes que preocuparte por perderte en esos pasillos interminables). Al final mis pies estaban cansados, pero la cabeza me iba a mil—vale totalmente la pena.