Verás un París más allá de las postales—vitrales brillando en Sainte-Chapelle, rincones secretos en Île de la Cité y snacks locales que solo los que conocen la ciudad disfrutan. Camina con alguien que realmente vive aquí.
Llueva o haga sol, lo primero que me llamó la atención fue el suave murmullo de la ciudad al cruzar hacia Île de la Cité. Nuestra guía, Camille, nos hizo señas para que la siguiéramos hasta un café pequeño escondido detrás de un puesto de flores—saludó al barista por su nombre. El aire olía a pan recién hecho y a río. Empezamos en Sainte-Chapelle. Había visto fotos, pero nada te prepara para esos vitrales—más de mil, todos brillando como joyas cuando el sol se cuela. Camille nos señaló detalles diminutos en el vidrio: la cara de un rey aquí, una flor de lis oculta allá. Incluso nos contó cómo cambia la luz a cada hora; justo pillamos el momento en que el sol de la mañana iluminaba los azules y rojos.
Nos perdimos por callejones tranquilos que la mayoría de turistas ni conocen. Un vendedor de libros estaba montando su puesto junto al Sena, con las manos manchadas de tinta de ordenar viejos ejemplares. Luego entramos a los Jardines de Luxemburgo. Los locales corrían o leían en sillas verdes bajo castaños—el antiguo palacio de María de Médici asomaba entre las hojas. Camille compartió historias sobre la obsesión de la reina con las fuentes italianas. Me tomé un espresso rápido en un puesto cerca del estanque; tenía la fuerza justa para despertar a cualquiera.
Notre Dame se alzaba imponente, aunque aún con andamios en sus torres. Camille explicó cómo los parisinos se unieron tras el incendio—incluso nos mostró un lugar donde, si te acercas, aún se percibe un leve olor a madera quemada. Terminamos con un dulce de una pastelería que ella recomienda (no voy a arruinar la sorpresa). Toda la caminata fue como ver París a través de los ojos de un amigo—llena de pequeñas sorpresas y momentos auténticos.
El recorrido incluye algunas calles empedradas y escaleras, pero vamos al ritmo que prefieras. Avísanos si tienes alguna necesidad especial y nos adaptamos.
¡Claro! Puedes seleccionar entre los guías y los idiomas disponibles al reservar. Cada guía aporta sus historias y lugares favoritos.
Depende de los favoritos de tu guía—puede ser un pastelito de una panadería escondida o una bebida típica de café. Cuéntanos si tienes alergias o preferencias.
La entrada a Sainte-Chapelle está incluida. En Notre Dame solo visitamos el exterior por las obras, pero tu guía te contará muchas historias y detalles históricos.
Tu tour privado a pie incluye un guía local amable, entrada a Sainte-Chapelle y un snack o bebida local por persona. Todas las rutas son neutras en CO2 y diseñadas solo para ti y tu grupo.
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