Tendrás una mirada cercana a los sitios espirituales más importantes de Delhi—hindúes, jainistas, sijes y bahaíes—todo con un guía local que conoce cada atajo y la historia detrás de cada parada. Si buscas una visión auténtica de las religiones de la India (y algunos tesoros escondidos), esta excursión facilita—y hace cómodo—verlos todos en un solo día.
La ciudad ya vibraba cuando salimos a las 9 de la mañana—las mañanas en Delhi tienen esa mezcla de aire fresco y bocinas lejanas. Nuestro conductor llegó justo a tiempo, y nuestro guía se presentó con una gran sonrisa. Primera parada: Swaminarayan Akshardham. Incluso desde el estacionamiento, se pueden ver las cúpulas del templo asomándose entre los árboles. De cerca, es impresionante lo detallado que está cada rincón—grabados de elefantes, bailarines, incluso pajaritos diminutos escondidos en las esquinas. El lugar es enorme; nuestro guía nos contó que está en el Libro Guinness por ser el complejo de templos hindúes más grande. Hay un leve aroma a incienso en el aire y se escuchan campanillas suaves desde dentro mientras la gente comienza sus oraciones.
La siguiente parada fue el Templo del Loto. Parece casi irreal—como una enorme flor blanca abriéndose en medio de calles bulliciosas. Tuvimos que quitarnos los zapatos antes de entrar (el suelo de mármol se sentía fresco bajo los pies). Adentro, el silencio es tal que puedes escuchar tu propia respiración; no se permiten fotos, lo que honestamente lo hace sentir aún más pacífico. Nuestro guía explicó que cualquiera puede rezar aquí, sin importar su religión.
La pausa para el almuerzo llegó justo cuando empezábamos a tener hambre—hay muchos cafés pequeños cerca si quieres algo rápido o simplemente un chai. Después, nos dirigimos al Templo Laxminarayan (los locales lo llaman Birla Mandir). Los jardines son sorprendentemente tranquilos para estar en el centro de Delhi; vi niños persiguiendo palomas mientras personas mayores charlaban bajo los árboles de neem. El templo está dedicado a Vishnu y Lakshmi y fue inaugurado por Gandhi en 1939.
Luego visitamos Chandni Chowk—una auténtica sobrecarga sensorial con rickshaws tocando la bocina y vendedores ambulantes ofreciendo todo, desde pulseras hasta samosas. El Templo Jain Sri Digambar está justo frente al Fuerte Rojo; es fácil pasarlo por alto si no buscas sus muros de arenisca roja. Adentro, hay un hospital de aves en el piso superior (nuestro guía insistió en que echáramos un vistazo), algo que nunca habría descubierto por mi cuenta.
Terminamos en Gurudwara Bangla Sahib justo cuando llegaba la hora dorada—el tanque de agua brillaba en naranja con el sol de la tarde. Voluntarios repartían prasad dulce cerca de la entrada; probé un poco y sabía a un pudín tibio de sémola. Tras una rápida visita al salón de oración (¡con la cabeza cubierta!), regresamos al coche para el traslado de vuelta alrededor de las 5 de la tarde.
Lo mejor es vestir ropa modesta—cubrir hombros y rodillas cuando sea posible. También tendrás que quitarte los zapatos en la mayoría de los sitios.
No se permiten fotos dentro del Templo del Loto ni en algunos salones de oración; tu guía te indicará dónde está permitido.
No, el almuerzo no está incluido, pero tu guía puede recomendarte buenos lugares cercanos para todos los presupuestos y gustos.
La excursión implica algo de caminata y escaleras en ciertos templos; por favor, avísanos tus necesidades para poder ayudarte a planificar mejor.
Contarás con transporte privado con aire acondicionado (y un conductor amable), todas las tarifas de estacionamiento y peajes cubiertos, además de un guía local experimentado que se encargará de los detalles de entrada y compartirá historias durante el recorrido. La recogida y regreso al hotel y un divertido paseo en rickshaw por Chandni Chowk también forman parte del día.
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