Templo Lempuyang y Tirta Gangga: La Puerta del Cielo en Bali

5.00

(13 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

El día comenzó temprano: el este de Bali se calienta rápido, así que salimos antes del amanecer. Nuestro conductor, Pak Made, nos recogió justo en el vestíbulo del hotel. Las carreteras se fueron quedando más tranquilas al dejar atrás Ubud, mientras los arrozales daban paso a las colinas. Primera parada: el Jardín de Agua Tirta Gangga. Había visto fotos, pero en persona es otra cosa: el aire es más fresco aquí y se escucha el murmullo del agua desde cada rincón. Paseamos por las piedras que cruzan el estanque, viendo cómo los peces koi se deslizaban bajo nuestros pies. Hay un pequeño warung junto a la entrada que vende café negro dulce; tomé una taza y me senté un rato, disfrutando de la luz de la mañana reflejada en los estanques.

Después de Tirta Gangga, seguimos hacia el este, rumbo al Monte Lempuyang. La subida al Templo Lempuyang no es corta: hay siete templos en total a lo largo de la colina, pero la mayoría (nosotros incluidos) vamos directo a la famosa “Puerta del Cielo”. Nuestro guía nos entregó sarongs en la entrada (son obligatorios) y nos explicó un poco sobre los rituales hindúes balineses mientras caminábamos. La vista a través de la puerta enmarca el Monte Agung a la perfección; si tienes suerte con el clima, las nubes se deslizan alrededor de la cima como sacadas de un cuadro. Había fila para las fotos (avanza despacio), pero honestamente, estar ahí y ver a las familias locales ofrecer sus ofrendas fue más memorable que cualquier imagen.