Deja atrás Dublín para adentrarte en los valles salvajes de Wicklow, caminar entre las piedras milenarias de Glendalough con historias de tu guía y perderte por las calles medievales de Kilkenny a tu ritmo. Momentos de calma en la naturaleza, risas en el autobús y, si tienes suerte, un nuevo pastel irlandés favorito.
“Aquí es donde se dice que San Kevin dormía,” nos contó el guía señalando un hueco cubierto de musgo entre dos piedras viejas en Glendalough. Casi esperaba que un cuervo aterrizara cerca; el lugar tenía un aire tan ancestral. El olor a hojas mojadas y ovejas llenaba el ambiente, y mis botas crujían un poco en el sendero. Salimos temprano de Dublín (casi olvido el cargador del móvil, menos mal que había puertos USB), pero al llegar aquí la ciudad parecía a años luz. En el valle reinaba un silencio roto solo por un par de cuervos y alguien riendo detrás porque su impermeable no era tan impermeable como pensaba.
Me gustó que el guía no nos apurara, nos dejó explorar un poco por nuestra cuenta tras contar historias de monjes que se escondían aquí hace siglos. En un momento me detuve a escuchar. Es curioso lo tranquilo que se pone Wicklow, salvo por el viento que me movía la capucha. Hicimos una parada rápida para fotos en Wicklow Gap, con nubes rodando sobre colinas que parecían sacadas de una película antigua (dicen que algunas se rodaron justo aquí). Intenté captarlo en el móvil pero lo dejé; es de esas cosas que no se pueden guardar para después.
Luego llegó Kilkenny, más animada, con niños corriendo y escaparates llenos de pasteles que ni sabía pronunciar. El tour a pie fue justo para captar el encanto de sus callejuelas torcidas y rincones medievales (casi me tropiezo dos veces con los adoquines irregulares). El almuerzo fue libre, así que cogí una sopa en una cafetería pequeña donde la dueña llamaba “cariño” a todos. Quedó tiempo para pasear por los jardines del Castillo de Kilkenny, con un césped increíblemente verde incluso bajo el cielo gris, y luego todos de vuelta al autobús hacia Dublín. Para entonces ya ni miraba los emails. A veces sigo pensando en ese silencio del valle, ¿sabes?
La excursión dura todo el día, regresando a Dublín alrededor de las 6 pm.
No, el almuerzo no está incluido, pero hay tiempo libre en Kilkenny para comer en cafés o restaurantes locales.
No, la entrada al interior del castillo no está incluida, pero puedes visitar gratis los jardines y el parque.
No hay recogida en hotel; el punto de encuentro es en un lugar céntrico de Dublín antes de la salida.
Lleva calzado cómodo para caminar, ropa adecuada al clima y no se permiten comidas o bebidas calientes a bordo.
Tu día incluye transporte desde el centro de Dublín en un autobús de lujo con aire acondicionado, WiFi gratis y puertos USB; paseos guiados en Glendalough y por el Kilkenny medieval; comentarios en vivo de tu guía profesional; además de tiempo libre para explorar los valles o las calles a tu ritmo antes de regresar por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?