Manos a la obra en una clase de cocina toscana a las afueras de Florencia, aprendiendo secretos de la pasta junto a un fuego abierto. Disfruta de bistec a la parrilla y postres caseros con vinos de la región mientras cae el atardecer en el campo. Risas, buena comida y recuerdos que duran más que el sabor del Chianti.
No esperaba oler humo de leña antes siquiera de ver la cocina. Acabábamos de salir de Florencia — no muy lejos, unos treinta minutos — y el aire ya se sentía distinto: más suave, con ese aroma dulce y herbáceo típico de las colinas toscanas. Nuestro guía, Marco, nos esperaba junto a una antigua casa de piedra. Sonrió y nos ofreció copitas de algo burbujeante (no recuerdo el nombre, pero estaba frío y sabía a manzana) mientras intentábamos recordar los nombres de todos.
La “cocina” era mitad al aire libre, mitad dentro, lo que tenía sentido al ver la hoguera. Había una cocinera local llamada Lucía que apenas hablaba inglés, pero lograba hacer reír a todos — movía las manos diciendo “¡pici!” hasta que por fin lo conseguimos. Hacer pasta desde cero es más desordenado de lo que imaginaba; harina por todos lados, dedos pegajosos, pero al final es casi una meditación. La clave aquí es paciencia (y un poco de humildad). Marco nos sirvió Chianti mientras trabajábamos — decía que ayuda a relajar la masa. No sé si es verdad, pero a mí me relajó.
Después, cuando Lucía empezó a asar la bistecca alla fiorentina sobre las brasas, el aroma cambió — más intenso, ahumado. Me dejó darle la vuelta a un filete (no fue mi mejor momento) y Li se rió cuando intenté pronunciar “bistecca” en italiano. Comimos todo en una larga mesa de madera al aire libre: pasta, bistec, un postre de almendra que se deshacía en la boca. El sol se escondía detrás de los olivos y alguien puso música en el móvil — nada sofisticado, pero encajaba perfecto.
Todavía recuerdo ese primer bocado de pici casero enredado con hierbas silvestres y aceite de oliva. No era perfecto, pero sabía a esfuerzo, risas y un poco de humo que se quedó en mi camisa horas después. Si buscas una excursión desde Florencia que se sienta auténtica (y que incluya cena con vino), esta clase de cocina toscana es justo lo que necesitas.
La duración total incluye el transporte; las horas exactas pueden variar según el tamaño del grupo y el tráfico.
Sí, la recogida está incluida como parte de la experiencia.
No está especificado; contacta directamente con el proveedor para necesidades dietéticas.
Sí, se sirven vinos locales durante la cena y mientras cocinas.
Sí; se permiten cochecitos y hay asientos para bebés disponibles.
Si llueve, se utiliza una cocina interior en lugar del espacio exterior.
El grupo no supera los 10 participantes por sesión.
Tu día incluye recogida en Florencia en vehículo con aire acondicionado, todos los ingredientes para cocinar con ayuda de un guía local, degustaciones de productos regionales, café y snacks durante el trayecto, y una cena completa con agua y vinos de la zona — también postre antes de regresar a la ciudad.
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