Recorre Asakusa con un guía local, probando snacks callejeros en Nakamise antes de vivir los rituales y rincones tranquilos del templo Senso-ji. Aprende a batir tu propio matcha en una casa de té serena y luego cocina monjayaki para el almuerzo con tu grupo—prepárate para risas y sabores nuevos mientras exploran juntos estos callejones.
“¿Nunca has probado monjayaki?” sonrió nuestro guía mientras nos llevaba más allá de la Puerta del Trueno, donde la linterna se mecía con el aire húmedo de Tokio. La calle Nakamise apenas despertaba, los tenderos organizaban manju en filas perfectas, ese aroma dulce del arroz mezclándose con el incienso del templo Senso-ji. Tiré una moneda en la fuente de purificación, con las manos pegajosas por un snack de sésamo. El guía se rió y me enseñó a abanicar el humo sobre mi cabeza para atraer la buena suerte. No esperaba sentirme tan... parte del lugar, ¿sabes?
Dentro de Senso-ji, el ambiente era más tranquilo de lo que imaginaba. Los locales seguían sus rituales sin prisa—aplaudiendo, inclinándose, colgando amuletos en los estantes. Nuestro grupo también probó suerte con los omikuji; el mío decía “pequeña bendición” y lo guardé en el bolsillo todo el día. La experiencia de preparar matcha estaba escondida tras una puerta corredera en una calle lateral. Allí todo se ralentizó—el sonido del batidor de bambú, el suave aroma a hierba que subía de los cuencos. Mi primer sorbo fue amargo, pero a la vez reconfortante. Aún recuerdo ese instante cuando la luz del sol iluminó justo el tatami.
El almuerzo fue monjayaki en la calle Hoppy—un lugar que jamás habría encontrado solo. Es comida algo desordenada (y sí, poco fotogénica), pero el guía nos enseñó a raspar las partes crujientes con pequeñas espátulas. Todos nos metimos en la cocina; alguien derramó repollo por todos lados y nos reímos sin parar. Había cerveza fría para quien quisiera, o té para los demás. Volver a los callejones de Asakusa después de compartir esa comida se sintió distinto—como si realmente nos hubieran dejado entrar en un secreto local y no solo pasar de paso.
La experiencia dura alrededor de 3 horas desde el inicio hasta el final.
Sí, incluye almuerzo—normalmente monjayaki u okonomiyaki más una bebida.
Visitarás el templo Senso-ji y vivirás sus rituales típicos con el guía.
Hay menú vegetariano, pero no vegano ni sin gluten.
Probarás dulces y snacks tradicionales japoneses en la calle Nakamise.
No, no hay recogida; el punto de encuentro es en Asakusa.
No se garantiza comida libre de alérgenos o sin gluten por limitaciones en la cocina.
Lleva agua y gorra, ya que el verano en Tokio es caluroso y húmedo.
Tu día incluye paseos guiados por el templo Senso-ji y la calle Nakamise, degustaciones de dulces y snacks japoneses, una experiencia práctica preparando matcha en una casa de té, y almuerzo con monjayaki u okonomiyaki (con una bebida). Además, tu guía local tomará fotos grupales antes de seguir explorando juntos las animadas calles de Asakusa.
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