Vístete con kimono o yukata y recorre las calles atemporales de Kioto—el personal te ayuda a elegir y a vestirte, luego eres libre de pasear, hacer fotos o simplemente disfrutar el ambiente de la ciudad. Devuelve tu atuendo por la tarde o alarga la experiencia un día más para que dure la magia.
Llegué a la tienda WARGO en Gion con mi hija, ya un poco sudando porque nos habíamos perdido en el camino (Google Maps no siempre ayuda aquí). El personal nos recibió con una paciencia tranquila que yo envidiaba, y de alguna forma hicieron que mis torpes intentos de hablar japonés parecieran encantadores en vez de incómodos. Había filas y filas de kimonos—algunos con estampados tan vivos que parecían casi eléctricos bajo las luces de la tienda—y la verdad es que me pasé mucho tiempo tocando las telas. Mi hija eligió uno rosa con grullas; se lo tomó tan en serio que hasta la mujer que nos ayudaba sonrió.
El momento de vestirse fue mucho más complejo de lo que esperaba. Nuestra guía (creo que se llamaba Miki) fue atando y acomodando capas hasta que me sentí como un burrito muy elegante. Me explicó cada paso, riéndose cuando intentaba repetir “obi” y “tabi” después de ella. Las sandalias fueron más difíciles de llevar de lo que pensé—mis pies querían andar rápido, pero el kimono te hace ir despacio, que supongo que es la idea. Afuera, el aire olía a incienso de un santuario cercano, y la gente nos saludaba con la cabeza al pasar. Fue una sensación especial, como si por unas horas hubiéramos entrado en el recuerdo de alguien más.
Tomé demasiadas fotos cerca del santuario Yasaka—mi hija se cansó rápido de posar, pero luego empezó a hacer caras y esa terminó siendo mi foto favorita. Paseamos por las callejuelas de Gion hasta que nos dio hambre, y entramos en una pequeña tienda de fideos donde nadie se sorprendió por nuestra ropa. Devolver el kimono fue sencillo (antes de las 5:30 pm), aunque tuve un momento en que deseé poder quedárnoslo para la cena. Quizá la próxima vez pague un extra para devolverlo al día siguiente…
Hay dos tiendas: en Gion (cerca de la calle Hanamikoji y el santuario Yasaka) y en Kyoto Tower (junto a la estación de Kioto).
Incluye kimono o yukata, cinturón obi, bolso de mano, sandalias, calcetas tabi y peinado sencillo.
Sí, hay kimonos en tallas grandes para que todos puedan participar.
Incluye un peinado sencillo; estilos más elaborados se pueden añadir por un costo extra.
Debe devolverse antes de las 5:30 PM, salvo que pagues extra para conservarlo hasta el día siguiente.
Por lo general, el vestido completo toma menos de una hora.
Sí, es ideal para familias y los niños también pueden elegir su propio kimono.
Algunos empleados hablan inglés o usan dispositivos de traducción; la comunicación es posible.
Tu día incluye ayuda profesional para elegir tu kimono o yukata (con todos los accesorios como cinturón obi, bolso, sandalias y calcetas), servicio completo de vestimenta por personal local paciente y hasta un peinado sencillo si quieres—todo listo en menos de una hora para que salgas a explorar.
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