Montarás camellos por las doradas dunas de Erg Chebbi, los alimentarás a mano, probarás suerte con el sandboarding y pasarás una noche acogedora en un campamento de lujo en el Sahara con comida local y música bajo un cielo estrellado infinito.
Lo primero que me impactó al salir a la tarde fue el calor seco—sin viento, solo ese silencio suave que solo se siente en el desierto. Nuestro guía, Youssef, nos entregó pañuelos para envolvernos la cabeza (créeme, querrás uno para protegerte del sol y la arena). Los camellos esperaban cerca, masticando en silencio. Nunca había alimentado a un camello antes—resulta que les encantan los dátiles y te empujan la mano para pedir más. Partimos desde el pueblo de Merzouga, balanceándonos suavemente mientras los camellos caminaban sobre las dunas anaranjadas. Son como hora y media hasta el campamento, pero no se siente largo; siempre hay algo nuevo que descubrir—una huella de escarabajo aquí, un repentino canto de pájaros allá.
Llegamos al campamento justo cuando el cielo empezaba a tornarse dorado. Hay tiempo para subir la duna más cercana—¡más difícil de lo que parece!—y ver cómo el sol se esconde tras un mar infinito de arena. Algunos probaron el sandboarding; yo lo intenté y terminé con arena por todos lados (valió la pena). La cena se sirvió bajo la lona: un tagine burbujeando, pan aún tibio del fuego. Después, nos reunimos alrededor de una pequeña hoguera mientras los tambores locales tocaban ritmos que parecían resonar entre las dunas. Más tarde, me alejé de las luces del campamento—las estrellas aquí parecen tan cerca que casi puedes tocarlas.
La mañana llega temprano en Merzouga. Nuestro guía nos despertó antes del amanecer; salí de mi tienda (con baño privado dentro—gran ventaja) y subí una duna con café en mano. El silencio al amanecer es algo único. Después del desayuno—huevos, pan y un dulce té de menta—regresamos en camello hacia el pueblo de Merzouga mientras el sol calentaba la arena de nuevo. Incluso después de sacudir toda la arena de mis zapatos en el hotel, seguía encontrando pequeños recuerdos del desierto durante días.
Sí—es ideal para principiantes y nuestros guías te ayudarán a sentirte cómodo montando y alimentando a los camellos.
Un pañuelo o sombrero para protegerte del sol es muy útil; lleva ropa de capas porque por la noche puede hacer frío aunque durante el día haga calor.
Sí—cada tienda tiene su propio baño privado para mayor comodidad y privacidad.
Por supuesto. El sandboarding es opcional—puedes relajarte en el campamento o explorar las dunas cercanas.
Esta experiencia incluye cena y desayuno (con refrescos), todos los paseos en camello guiados por locales, tu estancia en una cómoda tienda de lujo con baño privado en el campamento del desierto de Merzouga—y sí, mucho tiempo para alimentar a los camellos o probar el sandboarding si quieres.
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