Comienza el día con recogida en tu hotel de Marrakech y conduce tu propio quad por las palmeras salvajes de la Palmeraie y senderos rocosos del desierto. Con un guía local al frente, pasarás por pueblos bereberes y harás una pausa para fotos antes de relajarte con un tradicional té de menta marroquí en una casa de huéspedes acogedora. No es solo velocidad, es sentir Marruecos más allá de la ciudad.
Lo primero que noté al llegar cerca de la Palmeraie fue el olor — un poco polvoriento pero fresco, con un toque dulce que venía de las palmeras. Nuestro conductor nos recogió justo en nuestro riad en Marrakech (el aire acondicionado fue un salvavidas, de verdad) y veinte minutos después parecía que habíamos dejado la ciudad atrás. Al principio las quads me parecían un poco intimidantes — nunca había manejado una — pero Youssef, nuestro guía, sonrió y me enseñó a usar los controles. “Todo automático,” dijo, tocando el manillar. “Fácil.” Igual me paré en la prueba y todos se rieron, lo que me ayudó a relajarme.
Cuando arrancamos, el ruido fue más fuerte de lo que esperaba — motores zumbando y grava crujiendo bajo las ruedas. Seguimos a Youssef pasando algunos burros desaliñados y niños saludando desde un muro bajo de adobe. El paisaje cambiaba constantemente: primero las palmeras altas, luego zonas abiertas donde todo se volvía rocoso y pálido bajo el sol. Mis manos vibraban con el manillar, pero al rato fue casi una meditación, solo siguiendo la estela de polvo delante de mí. Paramos en un pequeño pueblo bereber para hacer fotos (la luz ya era dorada), y un anciano nos regaló una media sonrisa tímida mientras pasaba con sus ovejas.
No esperaba que la pausa para el té de menta me gustara tanto. Nos sentamos en cojines bajos en lo que parecía la sala de alguien — azulejos con dibujos por todas partes, aire fresco entrando por una puerta abierta. El té estaba caliente y dulce, tanto que me dolían los dientes (pero para bien), servido desde arriba en vasitos pequeños. Youssef nos contó cómo creció cerca de allí; se burló de mi acento francés, pero de una forma tan amable que todos volvimos a reír. Hubo algo en ese momento — botas polvorientas fuera, el sudor enfriándose en mi cuello — que me quedó grabado más que cualquier subidón de adrenalina.
El recorrido en quad dura aproximadamente 1 hora y 45 minutos.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en Marrakech.
No, no se requiere experiencia; todos los quads son automáticos y te dan instrucciones.
Sí, se hace una parada para tomar té de menta marroquí en una casa de huéspedes.
Usa zapatos cómodos y seguros, como piden los organizadores.
La edad mínima es 15 años; los menores deben ir acompañados por un adulto.
No se recomienda para viajeros con problemas cardiovasculares.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Marrakech en vehículo con aire acondicionado, casi dos horas conduciendo tu propio quad por la Palmeraie con todo el equipo incluido, guía local profesional durante todo el recorrido y una refrescante parada para té de menta marroquí antes de volver juntos a la ciudad.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?