Vive un paseo en camello por la costa salvaje del Pacífico en Cabo con un guía local, alimenta y acaricia a estos animales de cerca, luego disfruta una cata de tequila antes de un almuerzo contundente. Risas, brisa marina, nervios y recuerdos que quedan mucho después de sacudir la arena.
Lo primero que me llamó la atención al llegar a la playa en Los Cabos fue el olor, una mezcla entre arena tibia y algo terroso (supongo que de los camellos). Nuestro guía, Luis, nos dio puñados de comida para los camellos y nos enseñó a mantener la palma abierta para que no nos mordieran los dedos. Intenté decirle “hola” a mi camello, que se llamaba Lola, y Luis solo sonrió. Me dijo que a ella le gustan las voces suaves. El mar estaba justo ahí, todo azul grisáceo y con el sonido fuerte de las olas, pero Lola parecía completamente tranquila.
Subimos a las monturas (¡más altas de lo que imaginaba!) y empezamos a caminar por la playa. Es un paseo lento y balanceado; la verdad, sientes cada paso, pero se vuelve curioso y relajante cuando dejas de preocuparte por caerte. El viento me lanzaba salpicaduras de agua en la cara. En un momento, un niño del grupo intentó darle a su camello una tortilla de las que comimos (no lo hagan) y todos nos reímos, hasta los encargados. Estar ahí arriba con estos animales te hace sentir como parte de una historia antigua o una película. La palabra clave aquí es sin duda “paseo en camello playa Cabo” — no es algo que esperarías hacer en México.
Después pudimos acariciar a los camellos otra vez — el pelaje de Lola era más áspero de lo que pensé — y luego vino una pequeña cata de tequila. No voy a mentir, todavía no sé si me gustó más el ahumado o si simplemente picaba menos que los otros. La comida fue un enorme super burro de carne de res y pollo; un poco desordenado, pero perfecto después de tanto aire fresco. En la mesa nos divertimos mucho bromeando sobre quién se veía más asustado en su camello (creo que yo gané). Al despedirnos, Luis nos saludó con una gran sonrisa y dijo que la próxima vez deberíamos intentar montar dos camellos a la vez — estoy casi seguro que bromeaba.
El paseo dura aproximadamente 30 minutos a lo largo de la playa.
Sí, incluye transporte ida y vuelta desde tu hotel o punto de encuentro.
Sí, puedes alimentarlos, acariciarlos y tomarte fotos con ellos antes o después del paseo.
Incluye un almuerzo completo con super burros de res, cerdo y pollo, además de refrescos y agua.
Sí, los niños pueden participar pero deben ir acompañados por un adulto.
El tour es accesible para sillas de ruedas y los bebés pueden participar en cochecitos o carriolas.
La experiencia incluye un safari por el desierto y una sesión de cata de tequila.
No se recomienda para personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde tu hotel o punto de encuentro en Cabo San Lucas o San José del Cabo, guía bilingüe experto en camellos durante tu paseo de 30 minutos por la playa (con tiempo para acariciar y alimentar), un emocionante safari por el desierto de Baja, un almuerzo completo con super burros de res, cerdo y pollo, refrescos y agua, y termina con una relajada cata de tequila antes de regresar a casa con arena en los zapatos y una sonrisa en el rostro.
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