En un solo día vivirás tres grandes aventuras: ver lobos marinos en las Islas Ballestas, sobrevolar las antiguas Líneas de Nazca y recorrer las dunas de Huacachina en buggy y tabla. Si quieres descubrir la costa peruana en toda su diversidad salvaje y llevarte historias para contar, esta excursión es perfecta.
El despertador sonó antes del amanecer—la verdad, casi le doy al botón de posponer. Pero evitar el tráfico temprano en Lima vale totalmente la pena. Nos subimos a una van cómoda y partimos hacia el sur, viendo cómo las luces de la ciudad se apagaban detrás de nosotros. Tras unas tres horas, llegamos a Paracas justo cuando el aire empezaba a calentarse. Lo primero que sentimos fue la brisa salada. Nuestro guía, Luis, repartió chalecos salvavidas y señaló a los pelícanos que ya sobrevolaban el puerto. El paseo en barco hacia las Islas Ballestas fue movido pero divertido—salpicaduras por todos lados. Nos acercamos a arcos rocosos donde los lobos marinos ladraban tan fuerte que se sentía en el pecho. Los pingüinos de Humboldt caminaban entre aves guaneras sobre las rocas; nunca los había visto fuera de un zoológico.
De vuelta en tierra, apenas tuvimos tiempo para un café rápido en un pequeño puesto cerca del muelle (la señora ahí lo prepara bien cargado). Luego nos dirigimos al aeropuerto de Pisco—a solo un corto viaje—para el vuelo sobre las Líneas de Nazca. El avioncito era pequeño y, sinceramente, mi estómago dio un par de vueltas cuando sobrevolamos esos gigantescos geoglifos. Ver las figuras del mono y el colibrí desde el aire es impresionante; son mucho más grandes de lo que imaginas. Nuestro piloto dio vueltas alrededor de cada figura para que todos pudiéramos verla bien—no olvides tus gafas de sol, el reflejo del desierto es intenso.
Al aterrizar, fuimos directo a Huacachina. Almorzamos junto al oasis—pollo a la parrilla con salsa de ají picante y chicha morada bien fría (esa bebida de maíz morado). El oasis parece de otro mundo: palmeras y dunas que se elevan detrás de todo. Más tarde, nos subimos a los buggies que rugían subiendo y bajando esas colinas de arena—se sentía como una montaña rusa con arena entre los dientes. Paramos en la cima para hacer sandboard; me caí dos veces pero no podía parar de reír. Los atardeceres aquí tiñen todo de dorado—es algo que no se olvida.
¡Sí! No necesitas ser atleta, solo poder caminar distancias cortas y subir y bajar de los vehículos con facilidad.
El tour en barco por las Ballestas dura unas 2 horas; el vuelo sobre las Líneas de Nazca alrededor de 45 minutos; y la sesión de buggy y sandboard dura aproximadamente una hora después del almuerzo.
Por supuesto—tu guía habla inglés y comparte mucha información local durante todo el recorrido.
Puedes llevar snacks para el camino; siempre es buena idea llevar agua porque hace calor.
Tu día incluye transporte privado desde Lima, todas las entradas, paseo en barco por las Islas Ballestas, vuelo sobre las Líneas de Nazca desde el aeropuerto de Pisco, almuerzo en el Oasis de Huacachina, sesión de buggy y sandboard, además de un guía de habla inglesa durante todo el recorrido.
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