Si quieres ver lobos marinos y pingüinos de cerca, recorrer dunas en buggy y probar el sandboarding en un oasis real, este tour lo tiene todo en un solo día. Tendrás guía experto local y muchas oportunidades para fotos que querrás presumir.
El día empezó antes del amanecer, con la ciudad aún medio dormida mientras avanzábamos hacia el sur por la Panamericana. Desde la ventana, veía a los pescadores preparando sus redes en las playas envueltas en neblina cerca de Lima; hay algo que tranquiliza en ese silencio matutino. Para cuando llegamos a Paracas, la brisa salina ya me había despertado por completo. Nuestro guía, Javier, repartió los chalecos salvavidas y subimos a una pequeña lancha que se mecía en el muelle. El aire del mar estaba fresco y frío, y se mezclaba el olor a algas con el diesel de los motores.
El viaje hacia las Islas Ballestas tuvo sus momentos movidos—si te mareas fácil, mejor desayuna ligero o nada. Al acercarnos, escuché los ladridos de los lobos marinos antes de verlos. Había cientos descansando sobre las rocas, algunos se lanzaban al agua con un chapuzón. Los pingüinos caminaban torpemente entre grupos de pelícanos y cormoranes; Javier señaló un piquero peruano con su gracioso bigote blanco. Conocía cada especie por su nombre y nos contó pequeñas historias sobre sus costumbres. La lancha dio vueltas despacio para que todos pudiéramos tomar fotos—la verdad, aquí es difícil sacar una mala.
Ya en tierra, nos dirigimos hacia Huacachina. El paisaje cambió rápido: un momento pasábamos viñedos y puestos de frutas polvorientos (los mangos olían increíble), y de repente apareció esa laguna surrealista rodeada de enormes dunas de arena. Parecía sacado de una película. Subimos a un buggy—¡qué ruido hacen esos motores!—y cruzamos la arena a toda velocidad, como en una montaña rusa. El sandboarding en esas pendientes fue una locura; me caí un par de veces pero no paraba de reír. El sol se pone rápido en el desierto, así que no olvides gafas de sol y bloqueador—el reflejo es intenso.
¡Sí! Muchas familias participan. Los niños pequeños pueden ir en cochecito y hay asientos para bebés disponibles durante el transporte.
Para nada. La mayoría lo prueba por primera vez; los guías te enseñan cómo empezar con seguridad y te ayudan a sentirte cómodo en la tabla.
Lleva bloqueador solar, gafas de sol, agua, un sombrero y quizá una chaqueta ligera para el paseo en bote, porque por la mañana puede hacer frío cerca de Paracas.
La recogida y regreso al hotel están disponibles con un costo extra según tu ubicación en Lima o desde el aeropuerto; solo avísanos al reservar.
Tu día incluye un paseo en bote de 2 horas por las Islas Ballestas (entrada incluida), avistamiento de fauna con guía bilingüe, todo el equipo para buggy y sandboarding en Huacachina (más entrada), transporte cómodo con aire acondicionado todo el día y opciones flexibles de recogida si las necesitas.
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