Viaja desde Lagos al campo del Algarve con un guía local, pasando por naranjales y alcornoques antes de catar tres vinos regionales en una bodega familiar (acompañados de tapas de queso y embutidos). Luego tendrás tiempo para perderte por las calles y murallas antiguas de Silves — seguro que te quedas con algún detalle mucho después de volver a casa.
Apenas habíamos salido de Lagos cuando el paisaje empezó a cambiar: naranjos por todas partes y esos alcornoques centenarios que nuestro guía Rui señalaba. Decía que algunos tenían más años que el castillo de Silves, y pensé que era uno de esos datos que los guías sueltan, pero al ver la corteza gruesa, le creí. El silencio en la furgoneta solo se rompía con las historias de Rui y el suave tintinear de las botellas. Por la ventana abierta me llegaba un leve aroma a cítricos. Quizá era mi imaginación, o tal vez esos naranjos realmente huelen así de intenso.
La bodega parecía más una casa que un negocio. Recorrimos una sala de producción fresca donde todo resonaba: los pasos, la voz de Rui explicando cómo prensan las uvas, incluso la risa de mi amiga al intentar pronunciar “Arinto” (no lo logró). Para mí, lo mejor fue sentarnos afuera a la cata: tres vinos locales servidos con un toque especial y un plato de queso y embutidos que sabía mucho mejor de lo que esperaba para unas “tapas”. Aún recuerdo ese vino blanco: fresco pero suave, si eso tiene sentido.
Después tuvimos tiempo libre para explorar Silves a nuestro aire. El castillo dominaba el paisaje; se oían niños jugando al fútbol detrás de sus murallas. Paseé por calles empedradas, pasando a viejos jugando a las cartas bajo un toldo, y entré en una panadería diminuta para probar algo dulce (no recuerdo el nombre, pero Rui seguro lo sabe). El sol empezaba a ponerse, haciendo que la piedra roja brillara con una calidez extraña. No esperaba sentirme tan conectado con un lugar tan pequeño en solo una tarde.
El tour dura aproximadamente 4 horas, incluyendo el traslado.
Sí, se incluye recogida y regreso al hotel o puerto durante el día.
Probarás tres vinos diferentes del Algarve durante la visita.
Se sirve un plato de tapas con queso y embutidos junto con la cata de vinos.
Sí, tendrás tiempo para explorar el casco antiguo, el castillo o la catedral (las entradas no están incluidas).
La edad mínima es 6 años; si es necesario, hay asientos infantiles especiales.
El trayecto en coche dura unos 40 minutos, según el tráfico.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel o puerto en Lagos, agua embotellada durante el recorrido, visitas guiadas a la bodega y al campo, cata de tres vinos del Algarve con tapas de queso y embutidos, y tiempo libre para pasear por el casco antiguo de Silves antes de volver.
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