Recorrerás antiguas levadas por el valle de Rabaçal con un guía local, sentirás el rocío de la cascada Risco, llegarás al lago escondido donde 25 fuentes caen por los acantilados y volverás caminando por un túnel que atraviesa Madeira. Prepárate para botas embarradas y momentos de calma que no olvidarás.
Lo primero que recuerdo es cómo la luz se colaba entre los árboles al comenzar el descenso desde Paul da Serra — un tono dorado y verde, y la verdad, un poco fresco para ser Madeira. Nuestro guía, João, bromeaba diciendo que nunca sabes qué tiempo te espera allá arriba. Me dio un poncho “por si acaso”, lo que me hizo reír porque ya llevaba dos en la mochila. El aire olía a húmedo y fresco, como musgo tras la lluvia, aunque aún no había llovido. Se escuchaba el agua correr en algún lugar debajo antes de verla.
João señalaba pequeños detalles — orquídeas silvestres escondidas entre las rocas, cómo las levadas serpentean perfectamente por la ladera. Hubo un momento en la cascada Risco donde todos nos quedamos en silencio. Si te acercabas, podías sentir el rocío en la cara. No es un ruido fuerte, pero llena la cabeza de una manera especial. Intenté hacer una foto pero la dejé; nunca queda bien en pantalla. Más abajo, mis botas resbalaron en un charco de barro (debí hacerle caso sobre el calzado adecuado), pero João sonrió y dijo “Eso es parte de la experiencia de la caminata por la levada de Rabaçal”.
El camino hacia la Levada das 25 Fontes se puso más empinado de lo que esperaba — mis rodillas lo notaron — pero de repente apareció un pequeño lago al pie de un acantilado con finas cascadas cayendo desde arriba. Algunos metieron las manos; el agua estaba helada pero cristalina. Almorzamos sentados en las rocas, con las piernas colgando sobre el agua que nunca deja de moverse. Alguien intentó contar las 25 fuentes pero perdió la cuenta en quince y se echó a reír.
De regreso tomamos una ruta diferente, atravesando un túnel largo que lleva agua hacia el sur de Madeira. Dentro estaba oscuro y resonaba cada paso y las risas nerviosas rebotaban en las paredes de piedra. La linterna del móvil apenas servía — por un momento parecía una película de aventuras. Al salir a la luz del día, el aire era más cálido y olía a hojas de eucalipto aplastadas bajo los pies.
Me sigue sorprendiendo lo silencioso que se ponía a ratos entre charlas y cantos de pájaros — como si hasta Madeira quisiera que escucháramos algo más allá. Si piensas reservar esta excursión desde Funchal, lleva buen calzado y no te saltes el almuerzo junto al lago. No hay otro lugar igual.
La ruta completa es de unos 11 km durante esta excursión de día completo.
Sí, el traslado desde hoteles en Funchal está incluido en la reserva.
Se recomienda calzado deportivo con buen agarre o botas de senderismo por las zonas resbaladizas.
Sí, primero visitarás la cascada Risco y luego continuarás hasta la Levada das 25 Fontes y su lago.
No, debes llevar tu propio picnic ya que no hay lugares para comprar comida durante la ruta.
Sí, la vuelta es por un túnel que transporta agua hacia el sur de Madeira; lleva linterna o luz de móvil.
Requiere un nivel medio de forma física por tramos empinados o irregulares; no es recomendable para personas con movilidad reducida.
Los animales de servicio están permitidos en esta excursión según las normas locales.
Tu día incluye traslado desde hoteles en Funchal, todos los impuestos y tasas, un guía local experto que te acompañará durante los 11 km pasando por cascadas y lagos, y tiempo para disfrutar tu picnic junto a la Levada das 25 Fontes antes de regresar por el famoso túnel de agua de Madeira.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?