Verás antiguas iglesias en cuevas, escalarás la fortaleza rocosa de Uchisar, probarás la cerámica en Avanos y pasearás entre las surrealistas chimeneas de hadas de Capadocia—todo en un día acompañado por un guía local amable.
El día comenzó antes del amanecer—todavía oscuro cuando la lanzadera nos recogió en Estambul. Para cuando aterrizamos en Capadocia, el aire se sentía fresco y seco, casi polvoriento. Nuestro guía, Mehmet, nos esperaba en el aeropuerto con una sonrisa fácil y un chiste sobre que el café turco es más fuerte que el jet lag. Primera parada: Museo al Aire Libre de Göreme. Había visto fotos antes, pero nada te prepara realmente para esas iglesias excavadas en la roca. El olor dentro es algo terroso, como piedra vieja y cera de vela. Mehmet señaló frescos desvaídos—algunos con más de mil años—y nos contó cómo los monjes vivían aquí en completo silencio.
Luego visitamos el Castillo de Uchisar. No es un castillo como podrías imaginar—más bien una enorme roca llena de túneles y habitaciones. La subida a la cima es algo empinada (mis piernas lo notaron bien), pero desde arriba tienes una vista salvaje de todos los valles de Capadocia. Si miras temprano, puedes ver globos aerostáticos flotando. Después, nos dirigimos a Avanos para una demostración de cerámica. El taller lo lleva una familia que practica este arte desde tiempos otomanos—nos dejaron probar a moldear barro en el torno. Mi cuenco quedó torcido, pero fue divertido ensuciarse las manos. El almuerzo fue sencillo pero delicioso: sopa de lentejas, pollo a la parrilla y pan fresco de una panadería cercana.
Después paseamos por el pueblo de Cavuşin—calles tranquilas, casas de piedra antigua con palomas revoloteando arriba. Mehmet explicó cómo la gente solía vivir dentro de estas cuevas para mantenerse frescos en verano y cálidos en invierno. Última parada: Valle de Devrent y Pasabaglari (las chimeneas de hadas). Las formas son simplemente extrañas—algunas parecen hongos, otras camellos si las miras con atención. El viento se levanta aquí y se escucha un suave silbido entre las rocas. Terminamos en Esentepe con una última vista panorámica antes de regresar para tomar nuestro vuelo de vuelta a Estambul.
La excursión dura entre 12 y 14 horas, incluyendo los vuelos de ida y vuelta desde Estambul.
Sí, el almuerzo se ofrece en un restaurante local—también hay opciones vegetarianas disponibles.
Debes poder caminar sobre terreno irregular y subir algunas escaleras, especialmente en el Castillo de Uchisar.
Sí, la recogida y el regreso al hotel están incluidos para mayor comodidad.
Tu vuelo ida y vuelta entre Estambul y Capadocia está cubierto, además de los traslados al hotel en ambos sentidos. Un guía local te acompañará en todos los sitios mencionados—las entradas al Museo de Göreme también están incluidas—y el almuerzo está asegurado para que no tengas que preocuparte por buscar comida durante la excursión.
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