En medio día recorrerás los lugares imprescindibles de Ho Chi Minh: palacios, catedrales, historia de guerra, todo acompañado de relatos locales y un verdadero sabor a la vida en Saigón (¡y a sus fideos!). Si buscas una forma sencilla de verlo todo sin perder esos pequeños momentos que solo los locales conocen, esta excursión es perfecta.
La ciudad ya estaba llena de vida cuando nuestro guía nos recibió en el lobby del hotel—sin necesidad de buscar un punto de encuentro. Empezamos temprano, algo que recomiendo; el aire está más fresco y puedes ver a los locales preparando sus puestos callejeros. Nuestra primera parada fue el Palacio de la Reunificación. Al cruzar esas grandes puertas, casi puedes imaginar ese tanque entrando en el ’75. Las habitaciones mantienen ese aire retro—muchos teléfonos verdes y mapas antiguos en las paredes. Linh, nuestra guía, nos contó historias sobre los líderes del palacio y señaló un lugar donde aún se ven marcas de la guerra.
Después, nos dirigimos a la Catedral de Notre Dame. Los ladrillos rojos destacan entre las motos que pasan zumbando. Justo enfrente está la Oficina Central de Correos—la verdad, vale la pena entrar solo por el techo. Se percibía un leve olor a papel viejo y tinta, y seguro verás a algunos locales enviando paquetes o tomando fotos bajo esos enormes ventanales arqueados.
¿Lo mejor? Subirse a un cyclo (así llaman aquí a los rickshaws). Va despacio, pero te da tiempo para fijarte en los detalles: vendedores que venden café helado desde carritos de metal, niños que se abren paso entre bicicletas después de clase. Terminamos en el Museo de los Restos de la Guerra. Algunas exposiciones son duras, pero es una historia importante—y nuestro guía respondió todas las preguntas sin suavizar nada.
El almuerzo fue en un lugar pequeño escondido en un callejón—sin letrero llamativo, solo taburetes de plástico y tazones de pho humeante. Aún recuerdo lo frescas que olían las hierbas al caer en el caldo. Después nos dejaron de vuelta en el hotel justo cuando la ciudad empezaba a animarse más.
¡Sí! Los niños pueden ir en cochecito o silla de paseo, y hay asientos para bebés si es necesario. El ritmo es tranquilo y hay muchas pausas.
Incluye un plato de fideos locales (normalmente pho o hu tieu) y agua embotellada en un restaurante del barrio—nada turístico.
No, todas las entradas están incluidas en la reserva, así que no tendrás que preocuparte por gastos extra durante la excursión.
Incluye guía de habla inglesa, coche privado con conductor seguro, entradas a todos los sitios, paseo en cyclo por la ciudad, además de almuerzo con fideos locales y agua. Solo trae tu cámara y curiosidad.
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