New Orleans: Tour en helicóptero con vistas al French Quarter y el río Mississippi

4.97

(170 reseñas)

¿Cómo es la experiencia?

Lo primero que noté fue lo pequeño que se veía todo al despegar del aeropuerto Lakefront, como si alguien hubiera reducido New Orleans a una maqueta. Nuestro piloto, Marcus, tenía esa manera natural de señalar los puntos de interés sin parecer que leyera un guion. “Ahí viene el French Quarter”, dijo, y pegué la frente al cristal. Los tejados parecían un mosaico, y se alcanzaba a distinguir la aguja de la catedral de St. Louis asomando entre ellos. No esperaba sentir esa ligereza—mi estómago dio un vuelco cuando giramos sobre Jackson Square.

Bourbon Street no se parecía en nada a como la ves desde abajo: sin multitudes ni luces de neón, solo una estrecha cinta serpenteando entre edificios antiguos. El ruido de la ciudad se desvanecía allá arriba; solo escuchaba el zumbido constante de las hélices y la voz de Marcus en mis auriculares. Bromeó sobre cómo los locales siempre reconocen a los turistas por sus collares de cuentas (culpable). Luego nos dirigimos hacia el río Mississippi, que brillaba ancho y marrón bajo el sol de la tarde. Dentro de la cabina olía un poco a combustible, pero afuera todo se sentía fresco y abierto. Intenté avistar los barcos de vapor, pero me distrajo lo largo que es el puente Causeway—parece que no termina nunca.

No dejaba de pensar en lo diferente que se ve New Orleans desde arriba—casi tranquilo, aunque sabes que en algún lugar abajo hay música sonando. Hicimos un círculo pasando por City Park y la universidad Dillard (Marcus señaló dónde estudió), y luego nos acercamos de nuevo al aeropuerto. Saludé a unas personas diminutas que pescaban cerca del lago—dudo que me vieran. Al aterrizar, las piernas me temblaban, pero de buena manera. No creo que vuelva a ver esas calles igual.