Aprenderás a hacer fettuccine y ravioli frescos con un chef romano, preparar un cremoso tiramisú y compartir historias durante el almuerzo cerca del Vaticano. Risas, vino sin fin y recetas para repetir en casa. Para el postre, te sentirás parte del equipo de Paolo.
Casi se me cae un huevo al suelo antes de empezar. La cocina ya estaba llena de vida cuando entramos: polvo de harina flotando en el aire, risas rebotando en las paredes de azulejos. Nuestro chef, Paolo, sonrió y me entregó un pequeño espresso, diciendo que ayudaría con el “valor para la pasta”. No esperaba estar estirando masa tan temprano, pero ahí estaba, con las mangas remangadas, intentando recordar cómo amasar sin que se pegara. El aroma a café y mascarpone lo llenaba todo.
Empezamos con el tiramisú — al parecer hay que dejarlo enfriar mientras haces la pasta, si no no queda bien. Paolo nos mostró cómo mezclar el mascarpone con suavidad (dijo “como nubes”, lo que me hizo reír porque lo mío parecía más una tormenta). Luego llegó lo mejor: fettuccine y ravioli desde cero. Hay algo raro pero muy satisfactorio en hundir el pulgar en la masa blanda y verla volver a su forma. Una de las otras personas, Li de Singapur, intentó decir “fettuccine” en italiano perfecto y Paolo le aplaudió. Yo me limité a comer pedacitos de pasta cruda cuando nadie miraba.
¿Lo mejor? Sentarnos juntos en una larga mesa de madera mientras servían platos humeantes de pasta. El vino no paraba de llegar (DOCG, insistía Paolo), y al final alguien sirvió limoncello como si fuera una tradición familiar. No parecía una clase, sino que te invitaran a comer un domingo en casa de alguien. Hubo un momento en que el sol de la tarde iluminó la mesa justo como debía — todavía a veces recuerdo esa vista con cariño.
La clase se hace en un restaurante local cerca del Vaticano.
Harás dos tipos de pasta (fettuccine y ravioli) y el tiramisú tradicional.
Sí, se sirve vino DOCG durante toda la comida.
Sí, te llevarás las recetas al terminar la clase.
El almuerzo está incluido; comerás lo que prepares durante la sesión.
Los grupos son pequeños para que la experiencia sea más personalizada.
Los rellenos usan ingredientes de temporada; normalmente hay opciones vegetarianas.
Sí, el lugar está bien comunicado con transporte público.
Tu día incluye todos los ingredientes para hacer fettuccine, ravioli y tiramisú; agua embotellada; vino DOCG ilimitado; snacks; almuerzo con café y limoncello; además de refrescos si los quieres — todo con la guía amable de un chef local cerca de Roma Termini y fácil acceso en transporte público.
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