Harás compras en mercados locales, recogerás tus propias verduras en una granja orgánica y cocinarás platos vietnamitas auténticos desde cero—con muchas risas en el camino.
La mañana comenzó temprano: el mercado húmedo de Saigón ya estaba lleno de vida cuando llegamos. Nuestra guía, la señora Lan, nos entregó esos clásicos sombreros cónicos y cestas tejidas. El aroma de hierbas frescas se mezclaba con un toque de salsa de pescado en el aire. Caminamos entre puestos repletos de pitayas, cangrejos vivos que golpeaban en cubetas y montones de verduras que nunca había visto antes. Nos dejó probar rodajas de caimito y nos señaló qué tipo de menta va mejor con los rollitos de primavera. Noté que los vendedores siempre tienen tiempo para una charla rápida, incluso cuando están ocupados pesando camarones o picando hierba limón.
Después del mercado, nos dirigimos a su granja orgánica a las afueras de la ciudad. Allí todo era más tranquilo: solo se escuchaban los pájaros y el sonido del agua corriendo por los canales de riego. Recogimos nuestros propios champiñones y cilantro directamente de las camas (mis manos aún olían a albahaca horas después). La señora Lan nos explicó cómo se cultiva cada planta sin químicos y qué beneficios tiene para la salud; incluso nos enseñó a reconocer una buena papaya por su color y aroma.
De vuelta en la cocina al aire libre, todo fue manos a la obra: enrollando rollitos de camarón, cortando papaya verde para la ensalada, revolviendo un guiso de pollo sobre un pequeño quemador de gas. Fallé en mi primer intento con el banh xeo, pero lo conseguí en el segundo (el secreto está en esperar a que los bordes queden crujientes). Terminamos con rollitos de plátano bañados en crema de coco—sencillos pero deliciosos después de tanto trabajo. Todos nos sentamos juntos en una larga mesa de madera para disfrutar lo que habíamos preparado, compartiendo historias sobre nuestros lugares favoritos de comida callejera en Saigón. Antes de irnos, nos entregaron tarjetas con las recetas y un pequeño certificado—un detalle encantador para recordar el día.
¡Sí! Solo indícanos tus necesidades dietéticas al reservar—podemos adaptar las recetas para vegetarianos u otros requerimientos.
Por supuesto, la recogida y el regreso al hotel están incluidos para tu comodidad.
No se requiere experiencia previa—la clase es ideal para principiantes y nuestra guía te acompañará en cada paso.
Sí, nuestras instalaciones son accesibles para sillas de ruedas para que todos puedan participar cómodamente.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel, todas las actividades en mercado y granja, agua embotellada, snacks, café o té, un almuerzo completo de 4 platos que cocinarás tú mismo (con opciones vegetarianas), además de tarjetas con recetas y un certificado para llevar a casa.
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